«Siempre va a haber un límite de listas de espera, pero en estos años ha mejorado la realidad, no la propaganda». Ximo Puig, presidente de la Generalitat, aprovechó ayer una visita al Hospital de la Fe de València, donde permanece ingresado el bombero que sufrió graves quemaduras en al reciente incendio en el término municipal de Culla, para cargar contra las técnicas de maquillaje de los datos relativos a las listas de espera que utilizaban los sucesivos gobiernos del Partido Popular al frente de la Generalitat Valenciana y comprometerse a reducir esos plazos, inevitables en el sistema de salud pública, de 120 a un máximo de 100 días de demora para las intervenciones quirúrgicas programadas.

El presidente del Consell destacó que «las listas de espera son una obsesión» para el Ejecutivo autonómico, que trata de «mejorar la calidad asistencial de los valencianos».

Acompañado de Carmen Montón, la consellera de Sanidad Universal, Puig insistió: «Vamos a continuar trabajando intensamente, primero con el autoconcierto que se está haciendo, pero luego con todas las posibilidades de cooperación, porque es fundamental acabar con las listas de espera en la medida de lo razonable». «Se está colaborando en esos momentos y se va a seguir colaborando, lo que pasa es que lo vamos a hacer desde la eficiencia, sabiendo que el gasto público hay que fiscalizarlo adecuadamente y hay que ser conscientes de que los presupuestos no son ilimitados», agregó.

6.400 millones al año

El presidente recordó que la Generalitat destina 6.390 millones de euros al sistema de sanidad pública en los presupuestos para 2018. «Es nuestra primera gran prioridad, pero lo venimos haciendo y lo vamos a hacer en el futuro», recalcó.

El presupuesto del área de Sanidad para 2018 representa un tercio del total de gasto previsto pr el Consell y es el único que supera el gasto necesario para atender el servicio de deuda, una partida que alcanza los 5.100 millones.