La epidemia de gripe se ha disparado antes de tiempo y de forma exponencial. Y no ha sido precisamente por el frío. El imprevisible proceder del virus queda crudamente reflejado en el registro de casos de gripe que se publica cada siete días a partir de la semana 40, principios de octubre, y y hasta la semana 20, la tercera semana de mayo.

La última semana de 2017, mientras turistas y locales se quitaban la cazadora para soportar el sol en las terrazas, el virus se extendió hasta alcanzar de 200,1 infectados por cada 100.000 habitantes. El año anterior, la tasa registrada la semana 52 fue de 50,4 casos por cada 100.000 habitantes, la cuarta parte. Pero la incidencia de la epidemia este año es todavía más notable cuando se aprecia que la tasa máxima alcanzada a lo largo de toda la campaña 2016-2017 nunca superó los 165,1 casos y se registró la última semana de enero.

Prematura

La epidemia de gripe en esta campaña resulta, además, prematura. Las tasas de incidencia suelen subir a partir de principios de enero y, habitualmente, se disparan a partir de la segunda semana, cuando los escolares vuelven al colegio y la socialización de los virus se multiplica.

A pesar de la elevada incidencia del virus, fuentes de la Conselleria de Sanidad subrayan la eficacia de la vacunación. Los casos se disparan entre los menores de 15 años mientras que son muchos menos entre los mayores de 65 años, los que más acuden a vacunarse.

La población controlada, vigilada en la terminología de la Conselleria de Sanidad, alcanza al 63,5 %. Y apenas se han registrado nueve casos entre personas vacunadas. A la vista de los datos, las mismas fuentes de la Conselleria de Sanidad invitan a todos los ciudadanos encuadrados en los denominados grupos de riesgo a solicitar la vacuna. La campaña de vacunación se extiende hasta el 31 de enero.

La denominación del virus. si se trata de gripe A o gripe B, es algo que a estas alturas carece de importancia. Según los expertos, los riesgos asociados a la enfermedad están directamente vinculados a la salud del paciente infectado, no al tipo de virus.

De hecho, según las mismas fuentes de Sanidad, «el cóctel» para la vacuna elaborada esta campaña incluye anticuerpos para combatir tanto los virus tipo A como los tipo B.

Las vacaciones navideñas del personal sanitario y el incremento de los casos de gripe que llegan a los centros de salud y Urgencias hospitalarias ha provocado la saturación de estos servicios.

Otra cosa es lo que pueda pasar cuando llegue el frío de verdad. El próximo fin de semana se espera una ola de frío polar que coincidirá con la vuelta a clases. No está clara la relación del comportamiento del virus y la temperatura exterior, pero el hacinamiento en interiores sí constituye un caldo muy propicio para el contagio.