La Dirección General de Tráfico (DGT) mantiene desplegados 150 radares en la Comunitat Valenciana para controlar la velocidad en otros tantos tramos de carretera. La mayoría, 88 de ellos, son móviles. Los restantes 62, fijos. Pero apenas 16 están ubicados en tramos con más siniestralidad, en los denominados puntos negros.

Un punto negro es «aquel emplazamiento en una carretera en el que durante un año natural se hayan detectado tres o más accidentes con víctimas con una separación máxima entre uno y otro de 100 metros», según la propia denominación que utiliza la Dirección General.

En la Comunitat Valenciana hay 43 puntos negros. Cinco en la provincia de Castelló y todos ellos supervisados por radares. También es cierto que los cinco se encuentran en dos tramos de diez y de cinco kilómetros a lo largo de la N-340. El primero en el entorno de Vila-real y el segundo al paso de la vía por Vinarós.

En la provincia de València, Tráfico tiene detectados 20 puntos negros. Están controlados cinco. Uno en la CV-370, la carretera que une Vilamarxant y Pedralba. Dos en la N-332, la carretera que une Murcia con València, en el término municipal de Gandia. Y otros dos en la V-30, la circunvalación de la zona metropolitana de València.

La carretera CV-410, el acceso al centro comercial Bonaire, una vía que discurre por varias poblaciones de la comarca de l'Horta, concentra cuatro puntos negros, pero ningún radar la controla. No es precisamente una vía rápida.

Por el contrario, la CV-60, la autovía que comunica València con la comarca de la Costera por el interior, una vía rápida que no tiene ni un solo punto negro, cuenta con cinco radares de vigilancia para controlar los excesos de velocidad. Y sancionarlos.

La provincia de Alicante, finalmente, concentra un total de 19 puntos negros. Una vez más, seis están controlados. Dos en la CV-70, la autovía que une Alcoi con Benidorm. Uno en la CV-865, la carretera que une Elx y Santa Pola. Y otros tres en la Nacional 332, dos en el entorno de Benidorm y uno en el término de Santa Pola.

La carretera CV-905, que discurre entre Torrevieja y la Autopista del Mediterráneo, concentra tres puntos negros sin ninguna supervisión de parte de Tráfico.