El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, mantiene su ronda de contactos con dirigentes autonómicos para exigir un nuevo modelo de financiación. La presión al Gobierno no viene ya solo por el lado socialista, sino que también presidentes autonómicos del PP reclaman a Mariano Rajoy que mueva ficha. Los intereses pueden ser dispares y Puig pidió ayer que la discusión no se convierta en «otro proceso de confrontación entre comunidades».

El presidente de la Xunta de galicia, Alberto Núñez Feijóo, se declaró ayer «partidario» de convocar la conferencia de presidentes, pero no inmediatamente, sino una vez que se haya ratificado a un titular en Cataluña.

«Me parecería una descortesía convocar esta reunión cuando estamos en un proceso de conocer quién va a ser el presidente catalán», dijo el dirigente popular.

En todo caso, valoró que el ministro Cristóbal Montoro está «elaborando el informe definitivo» para una nueva financiación autonómica. Así, espera la conferencia en el primer trimestre de 2018.

También el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, pidió ayer una conferencia de presidentes para «repensar» objetivos y hacer «autocrítica» de los objetivos incumplidos de la anterior. El principal es que no se haya aprobado un nuevo sistema de financiación en 2017.

Mientras, Puig, que también ha comentado la posibilidad de reunir de nuevo a los presidentes, mantiene su ronda de contactos con homólogos. El líder del PSPV mantiene una línea abierta de diálogo con Susana Díaz (Andalucía) y ha aprovechado Fitur para reunirse con Francina Armengol (Baleares).

Mañana se verá en València con el manchego Emiliano García-Page, ha tenido reuniones también con representantes de los grupos en el Congreso y va a pedir comparecer en el Senado.

El objetivo final, subrayó ayer, es que la discusión del nuevo modelo no se convierta en «otro proceso de confrontación entre comunidades».

En esa línea, el senador de Podemos por València, Ferran Martínez, instó ayer a Puig a reunirse con diputados y senadores de las formaciones del Botànic para establecer una estrategia conjunta.

También fue crítico: «Demuestra que, en lugar de confiar la situación de los valencianos a la buena voluntad del PP, lo que debería haber hecho el PSOE es ayudar a Podemos a sacarlos de la Moncloa».