En un escenario de creciente preocupación por los efectos de la sequía, con los regantes en pie de guerra y los embalses en estado crítico debido a la escasez de agua, el director de la Agencia manchega del Agua, Antonio Luengo, caldeó ayer el ambiente al instar a los agricultores de la Comunitat Valenciana y de Murcia a que «busquen alternativas» al trasvase del Tajo-Segura si quieren mantener su «elevada producción agrícola».

Mientras el jefe del Consell -partidario del mecanismo como vía de urgencia- se reunía en València con el presidente de Castilla-La Mancha, Luengo alertó de la falta de reservas que sufre la cabecera del Tajo. En una entrevista a Europa Press, el director del organismo autonómico señaló que los embalses manchegos almacenan tres veces menos agua de la considerada necesaria para salir de la situación de alerta y entrar en una situación de «normalidad». De hecho, el trasvase Tajo-Segura lleva cerrado desde mayo debido a las bajas reservas de la cabecera, que prohíben las transferencias de caudales.

Luengo subrayó que, en 15 años, «sólo durante dos meses se alcanzó la normalidad» y culpó a los trasvases de la «fuerte pérdida de población» que ha sacudido a los municipios ribereños, así como de la imposibilidad de alcanzar niveles aceptables en sus embalses. Según el responsable de la política hidríca manchega, esta comunidad va a «cerrar filas» para reclamar un Pacto Nacional del Agua al Gobierno. «No queremos seguir siendo la región exportadora de agua y perder derechos con respecto a otras comunidades».Luengo abogó por el uso «a mayor rendimiento las desaladoras» como «opción de futuro» para los agricultores valencianos, con tal de lograr que «cada cuenca pueda ser autosuficiente y asumir su propio déficit». Luengo se posicionó en contra de un posible trasferencia alternativa del Duero al Tajo y dijo que «los regantes levantinos ya se están dando cuenta de que no se pueden hacer más trasvases» porque «son conscientes de que las perspectivas de que deje de haber agua son altas».

El PP de Alicante, por su parte, aprovechó la cumbre valenciano-manchega para pedir a Ximo Puig que reivindicara el trasvase ante su homólogo García-Page, tras defender la «riqueza» creada por el mismo y alertar de la grave situación que vive el campo alicantino.