Ximo Puig fue uno de los participó en la operación que se saldó con su caída como secretario general en 2016 y luego, además, respaldó en las segundas primarias a Susana Díaz. ¿La relación política entre ambos se ha normalizado? ¿Hablaría ya de una reconciliación?
Desde el punto de vista personal y político, hay una total afinidad entre Ximo Puig y yo. Hemos compartido conversaciones sobre las prioridades de la Comunitat Valenciana: el eje del Corredor Mediterráneo, una nueva financiación autonómica y las políticas de agua. He puesto sobre la mesa diez acuerdos de Estado, entre ellos, un acuerdo para el agua, muy importante para Alicante y para los regantes. Hace ya una década, cuando un gobierno socialista impulsó la construcción de desaladoras siendo ministra la hoy presidenta del PSOE, Cristina Narbona, la derecha de esta Comunitat lo rechazó. Ahora está salvando a muchas ciudades y sectores de una sequía que amenaza con convertirse en estructural. Y además se le ven las vergüenzas del Gobierno de España del PP, que no ha invertido lo suficiente en esas desaladoras como en Torrevieja o Alicante.
¿Reconoce el liderazgo político de Ximo Puig y de la Comunitat en el debate de la financiación?
Sin duda. Considero que Ximo Puig está luchando por su tierra. Pero también entiendo que, con eso, está defendiendo algo que nos identifica a todos los socialistas: la reconstrucción y la recuperación de un Estado del Bienestar que, en este caso, el PP con el apoyo parlamentario de Ciudadanos está desmantelando.
Pregunta directa: deuda histórica de la Comunitat. ¿Se puede decir de forma clara y nítida que el PSOE está a favor de la condonación de parte de esa deuda -unos 20.000 millones- que se puede atribuir a la infrafinanciación?
En el ámbito de la renovación del modelo de financiación autonómica se puede hablar de todo. Desde mi punto de vista, que es aspirar a la presidencia del Gobierno, cualquier modificación o solución que se adopte tiene que ser dentro de una negociación multilateral en la que participen todas las comunidades autonómas y, desde luego, tiene que ser para todos. No sólo para un territorio. El principio de igualdad tiene que ser la vocación de nuestro partido.
Los niveles de inversión en la Comunitat Valenciana también han sido de los más bajos de España...
En el conjunto de España es muy preocupante que los niveles de inversión se sitúen en apenas el 1% del PIB. Es generalizado. Los recortes han afectado a la inversión pública. Cuando hablamos de infraestructuras, muchas veces, pensamos en carreteras o en ferrocarril. Pero también debemos atender a aquellas que afectan de forma directa a la vida de la gente.
¿Debe recibir una compensación esta Comunitat por años de recortes en las inversiones?
Debe haber una respuesta integral en lo que respecta a la inversión pública y, seguramente, también en el caso de la Comunitat Valenciana.
¿Cuando usted pregunta o habla sobre la situación del socialismo valenciano es José Luis Ábalos la persona que le mantiene informado?
Por supuesto. Es mi secretario de Organización. Claro que sí. Cuenta con toda mi confianza y además con mi respeto personal y político.
¿Y en la provincia de Alicante su referente es Alejandro Soler?
El secretario general de la provincia es el alcalde de Xàbia, que por supuesto es el que me informa. Y Alejandro Soler también en tanto que es un miembro de mi ejecutiva.
El PSPV obtuvo sus peores resultados en la ciudad de València en las últimas elecciones locales. ¿Hastá que punto es preocupante ese escenario? ¿Están buscando una candidatura alternativa a Sandra Gómez, la actual líder municipal?
Va a depender de los militantes de nuestro partido en la ciudad de València. Pero tambien le digo: tenemos que salir a ganar esas elecciones locales. Somos un partido ganador.
¿Considera que el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, debe dimitir por su doble imputación?
Hemos planteado un código ético muy exigente que pone la línea de las responsabilidades políticas en la apertura de juicio oral. Hasta entonces, ni puedo ni debo pronunciarme. Sí espero es que el gobierno municipal de Alicante avance y no se quede paralizado. Y eso está ocurriendo.
¿La línea roja, en cualquier caso, sería la apertura de juicio oral?
Es lo que marca el código ético del que nos dotamos ya hace unos años. Lo que yo pido es que el gobierno funcione. Y eso no sólo incumbe al alcalde. Hay otras fuerzas municipales.
¿Ha hablado usted de esta situación con el alcalde de Alicante?
No. Hace tiempo que no hablo con Gabriel Echávarri.
¿Mantiene contacto con Mónica Oltra, líder de Compromís y socia de los socialistas en el Consell?
Hace mucho tiempo que no hablamos. Mucho. (Silencio) Yo esperaba de Oltra que defendiera la integridad territorial de España. La decisión de Compromís de asumir una parte del discurso del derecho a decidir y a la autodeterminación, considero que es un camino equivocado que no comparten muchos de sus electores. Les ha marcado el influjo de Podemos.
¿Considera así y todo un ejemplo para el futuro el funcionamiento del Consell del Pacte del Botànic?
Hay una discrepancia en la política territorial. Pero lo que tiene que ver con la agenda social, el Estado del Bienestar, la agencia Antifraude, el decreto de acceso a la Sanidad Pública... tiene su origen en este gobierno. Podría ser un ejemplo su inspiración y la voluntad de apartar las diferencias para generar un cambio político. Eso se podría haber hecho también en España. Pero hay que recordar que Compromís tampoco votó a favor de mi investidura. En Madrid, por desgracia, Compromís ha estado más alineado con Pablo Iglesias que con el cambio que sí ha exigido en la Comunidad. Eso sí me parece una discrepancia.
