La autonomía es la capacidad del individuo para hacer elecciones, tomar decisiones y asumir las consecuencias de las mismas. Un niño autónomo sería aquel que es capaz de hacer por sí mismo aquellas tareas y actividades propias de los niños de su edad y de su entorno socio cultural. Un niño poco autónomo es un niño dependiente, que requiere ayuda continua y con poca iniciativa, de alguna manera sobre protegido.

El desarrollo de la autonomía personal es un objetivo prioritario para los tres colegios que forman parte del Grupo Educativo Iale-Elians ya que es fundamental para que los alumnos puedan alcanzar una inteligencia emocional completa.

Rosana Albiñana, psicopedagoga de Elians British School La Nucia afirma que "en los niños y niñas de infantil es muy importante fomentar y potenciar el desarrollo y adquisición de su autonomía, por las siguientes razones:

  1. Aumenta su autoestima.
  2. Desarrolla la responsabilidad.
  3. Fomenta el desarrollo de la capacidad de aprender a aprender.
  4. Están más predispuestos/as para afrontar nuevos aprendizajes.
  5. Mejora su capacidad de concentración".

"Como educadores, explica Eva Fernández, psicóloga de Iale International School, en nuestros colegios, uno de los objetivos principales es conseguir que los niños sean capaces de aprender a hacer las cosas por sí mismos y se desarrollen como personas autónomas y sociales de forma eficaz, y al mismo tiempo, se sientan seguros de sus capacidades, es decir, que generen una buena autoestima. Por lo que es importante tener en cuenta estas premisas:

  1. No hacer por el niño lo que puede conseguir por sí mismo.
  2. Dejar que actúe reconociéndole sus esfuerzos y sus logros.
  3. Evitar las prisas, un proceso de aprendizaje y mejora requiere tiempo.
  4. Las palabras crean realidades. Evitar decir: "no eres capaz, ya lo hago yo", "no sabes", "no puedes"€ ya que son mensajes negativos que no fomentan la autonomía del niño y favorecen una baja autoestima.
  5. Reforzar el intento, aunque el resultado no sea el esperado.
  6. Crear oportunidades de aprendizaje adaptadas a sus capacidades".

Adquirir el control del propio cuerpo es un proceso progresivo y complejo, que evoluciona desde los primeros actos reflejos e involuntarios del bebé, hasta la capacidad total para realizar las actividades de forma autónoma.

Para ello, "junto al trabajo de estimulación temprana en nuestros niños más pequeños, desde los 10 meses, se fomentan los juegos a través de canciones y fichas que tienen que rellenar, esto ya a partir de los dos años, indicando qué cosas saben hacer o les gustaría aprender por sí solos. También hay espacio para los cuentos. Mientras, y a medida que son más mayores, se apuntan diferentes dinámicas para su desarrollo o un cuestionario de autoaceptación, entre otras posibilidades" indica Soledad Armiñana, profesora de maternal 1 en Iale International School.

Desde los 2 años, de manera opcional, los alumnos del Grupo Educativo Iale-Elian´s, desde Infantil, pasan dos noches y tres días en su propio Centro de Ocio Calvestra (Requena) donde se potencia el contacto con la naturaleza y se pone en práctica la autonomía personal junto con el compañerismo.

Gema Gimeno, pedagoga del colegio Elian´s British School de Castellón, nos ofrece unos consejos básicos para fomentar la autonomía en los pequeños:

  • Ofrecerles alternativas en sus elecciones, lo que incentiva la toma de decisiones y la aceptación de las consecuencias de sus actos.
  • Presentarles nuevos retos que supongan un incremento en la dificultad y valorar el esfuerzo que realizan al enfrentarse a ellos: dejarles hacer cosas solos. La etapa del "yo sólo" por la que pasan los niños puede ser muy estresante para los padres pero es fundamental para el correcto desarrollo de los niños y debemos ayudarles pero no impedirles que desarrollen actividades por sí mismos.
  • Respetar su privacidad.
  • Estimular su razonamiento, no ser los primeros en ofrecer respuestas a sus preguntas fomentará su capacidad de llegar por si mismos a soluciones.
  • No desanimarles, evitar caer en la tentación de protegerles de posibles fracasos.
  • Evitar que dependan exclusivamente de nosotros para resolver los problemas. Recordarles que hay numerosas fuentes de consulta que pueden utilizar para hallar respuestas y fomentar su pensamiento crítico.
  • No debemos hacerles las cosas ya que no favorecemos su desarrollo, más bien al contrario, lo entorpecemos ya que no permitimos que sean ellos solos los que hagan y de esta manera aprendan y se ejerciten. Debemos procurarles actividades en las que puedan cooperar, otras que puedan hacer solos, etc, todas ellas con el mismo objetivo: desarrollar su autonomía.