«Los empresarios vinculados a la corrupción del PP no deben seguir beneficiándose de contratos públicos». Lo dijo el viernes el portavoz de Podemos en las Corts, Antonio Estañ. Una declaración que la formación morada baraja convertir en propuesta y que, paradojas de la vida, podría tener como principal y quizás único aliado al PP.

La reflexión de Estañ supone poner en el foco a los empresarios que, según su propia confesión dentro del caso Gürtel, colaboraron con el PP y con la trama de Francisco Correa para hacer factible la financiación irregular del PP. El pacto al que llegaron con la fiscalía les exime de la cárcel.

Con el interés puesto en el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, (quien según el testimonio de Álvaro Pérez, El Bigotes, sería quien habría ordenado los pagos en b), los empresarios procesados parecen haber escapado a las críticas.

Solo Podemos los tiene en la diana dentro de su estrategia de diferenciarse del bipartito y ser más crítico con el Consell, una estrategia en la que se han ganado un aliado imprevisto.

La dirección regional del PPCV lleva tiempo enfrentada con la cúpula empresarial y su presidenta Isabel Bonig no sólo quiere romper con el viejo PP (aquel que personifica los casos de corrupción), sino también con la simbiosis que en su día constituyeron populares y empresarios.

Esta suerte de PP antisistema ha llevado a Bonig a liderar en las Corts una propuesta para revisar las ayudas institucionales que la Generalitat otorga a sindicatos y organizaciones empresariales más representativas, pero los populares no descartan ir más allá y apoyar a Podemos si finalmente pone por escrito su veto a que los empresarios vinculados a Gürtel sigan contratando con la Generalitat.

En el PPCV de Bonig se vive con cierta sensación de injusticia que toda la tormenta por el caso Gürtel esté cayendo sobre sus siglas, mientras que ciertos empresarios no han pagado, consideran, ni si quiera con la pena del telediario.

De hecho, las declaraciones de Estañ del otro día, se les antoja una vía para, de un lado, dejar de ser él único objetivo de la diana y, de otro, poner en un brete al Consell bipartito.

Adjudicatarias de la Generalitat

Así, el entorno de Bonig subraya que algunas de estas empresas señaladas siguen siendo adjudicatarias de la Generalitat y , en concreto, detallan que trabajan para la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas que dirige Mónica Oltra ya que sus contratos en residencias de la tercera edad se han renovado por la vía del enriquecimiento injusto.

Apuntan también que si al final Podemos lanza el pulso al Consell, cada partido tendrá que retratarse: «A lo mejor el partido socialista no se atreve a enfrentarse a grandes contratistas, que además trabajan en todos los ayuntamientos», apuntan, al tiempo que insisten en que el nuevo PPCV que dirige Bonig ha roto amarras y no debe nada a nadie.

Está por ver, sin embargo, cómo esta posición es digerida en la dirección nacional del PP. Aunque Bonig y su entorno están convencidos de las ventajas de su andanada contra los empresarios, no todo el mundo en el partido acaban de ver claro este divorcio.

Fuentes de Podemos no quisieron ayer avanzar sus planes, aunque sí barajan poner negro sobre blanco su denuncia sobre el papel que en el caso Gürtel han tenido los empresarios.