La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, ha arrancado su intervención en el Nueva Economía Fórum desmarcándose de la propuesta de reforma "profunda" de la Constitución lanzada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el fin de semana pasado. Ve en ello un movimiento para que tengan cabida los nacionalismos secesionistas y esa amenaza separatista ha centrado buena parte de su intervención, seguida de cerca por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la plana mayor del PPCV. Como principal representante institucional valenciano ha estado el presidente de las Corts, Enric Morera.

"Es peligroso hablar sin términos claros, porque quizás acabemos cuestionando la forma de Estado (monarquía o república) o atacando el principio soberanía nacional", ha alertado en el tono apocalíptico que ha centrado la primera parte de su intervención, durante la cual ha advertido de la intención, en su opinión, de los separatistas de extender su movimiento a Galicia, Baleares y la Comunitat Valenciana.

Frente a ello ha pedido movilización y compromiso para "abanderar un nuevo concepto de patriotismo español", no excluyente, ha dicho, y asentado en una frase de la proclamación de Felipe VI: en esa idea "caben todas las formas de sentirse español", ha dicho. No espera nada de Compromís en esa línea, pero sí mucho del PSOE, ha destacado, partido al que ha instado a acabar ya con "el capítulo de la guerra civil" para "construir entre todos mejor España".

Su repaso a los dos años del gobierno de Puig y Mónica Oltra lo ha resumido así: "su objetivo es adoctrinar, perpetuarse y no resolver problemas reales", sino "llevar a cabo la hoja de ruta de otras comunidades".

Y libertad, orgullo y servicio son los tres pilares de la oferta del PPCV, ha remarcado. Libertad de mercado y educativa, ha precisado, frente a lo que ha denominado "comunismo de iPhone y iPad".

"Necesitamos reforma del modelo de financiación, sí, y que se siga invirtiendo y se acabe con la marginación, pero la confrontación permanente con Gobierno no es positiva".

Los ejes de los que será su programa electoral los ha trazado a partir de una "bajada masiva de impuestos" que siva de "polo de atracción de inversiones", supresión de las agencias y "chiringuitos" creados en dos años, libertad educativa, inmersión lingüística pero en inglés, blindar por ley los tiempos máximos de espera en sanidad y un plan de apoyo a las familias con fomento a la natalidad (600 euros de deducción durante 5 años desde el primer hijo). Un plan de apertura cultural ha sido otra idea que ha dejado en el aire.

Ya en el turno de preguntas ha insistido en las críticas a À Punt: "Terminará cometiendo los mismos errores que Canal 9" y será "instrumento al servicio del gobierno para expansión de ideas nacionalistas", ha augurado.

Y ha sido cuando se ha visto obligada a hablar de corrupción y del expresidente Francisco Camps. "Hizo muchas cosas buenas por la C. Valenciana y por el PPCV y cosas que no estuvieron bien. En lo judicial, dirán los tribunales", ha resumido.

A pesar de la expectativa y la insistencia, no ha soltado prenda sobre el futuro candidato popular a la alcaldía de València. Santamaría sonreía.