La Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (Avatma) apunta cómo «la manipulación de estos animales durante la competición vulnera todos los requisitos de bienestar animal contemplados en las normativas vigentes y en la que nadie se explica cómo pueden ser consentidas en connivencia con las administraciones». Avatma se refiere al hecho de que se corta la cola de las aves para que no puedan maniobrar cuando están en vuelo. En la modalidad de lanzamiento con brazo mecánico, las aves son introducidas en un tubo neumático que dispara al animal como si de un cañón se tratara.

Los animalistas también recuerdan que el tiro al pichón no puede considerarse una modalidad de caza deportiva al tratarse de animales domésticos criados en jaulas a propósito para el tiro.

En otras autonomías, como la Comunidad de Madrid y en algunas zonas de Andalucía también está prohibido esta modalidad de tiro.

El Gobierno que preside Mariano Rajoy se apresuró a recurrir la Ley balear de Bienestar Animal ante el Tribunal Constitucional.

El Alto tribunal ha admitido a trámite el recurso pero se centra básicamente en lo que hace referencia a los artículos sobre las corridas de toros. En ningún caso el recurso del Gobierno central se mete en las competiciones de tiro pichón o tiro a la codorniz.

Plazas de toros

En concreto, el Alto tribunal estudia un artículo que sólo autoriza las corridas en plazas permanentes; el artículo cuarto que obliga a comprar los toros en la ganadería más cercana a la plaza donde se vaya a celebrar el festejo y los artículos 5, 6 y 7 que prohíben dar muerte al toro y obligan a devolverlo a la ganadería una vez lidiado. Esta misma ley es la que prohíbe la entrada de menores en las plazas de toros y salva el Bou de Fornalutx en un recinto completamente cerrado, con el animal sin ir sujeto con cuerdas. La fiesta del Bou de Fornalutx esquivó la norma a instancias del PSOE y con no pocas discrepancias entre los integrantes del Pacto de Izquierdas.

El recurso del Gobierno de Madrid tampoco se mete en las prohibiciones de la norma del Pacto por la utilización de animales en fiestas, circos o exhibiciones. Al igual que con el tiro pichón, estas prohibiciones están en vigor al no estar recurridas por el Estado ante el Tribunal Constitucional.