Las cifras del balance de actividad del IVO no casan, sin embargo, con las aportadas desde la Conselleria de Sanidad. Desde la administración autonómica mantienen que «todos los pacientes que han solicitado tratamiento en el IVO (...) han sido derivados».

Eso sí, el requisito principal para ello es que sus historias médicas se ajusten al ámbito del convenio «pacientes oncológicos en cualquiera de sus fases remitidos desde los departamentos de salud previa prescripción por los facultativos especialistas relacionados con la atención oncológica». De hecho, fuentes de la Conselleria de Sanidad aseguraron que de todas las peticiones de atención recibidas en noviembre, el 30 % sí fueron rechazadas pero por no ajustarse a ese marco de colaboración al tratarse de «procesos no oncológicos, por ejemplo», que se atendieron «en la red pública».

Aún así, esta distribución de porcentajes 70-30 entre los aceptados y los rechazados dista de los datos aportados desde el centro privado, desde donde aseguran que solo el 41 % de las peticiones de ese mes fueron aceptadas.

A vueltas con las solicitudes

La conselleria habilitó en el consultorio auxiliar de Tendetes -próximo a las oficinas del centro- un lugar para entrevistar en primera instancia a los posibles nuevos pacientes del IVO y remitir la documentación. El IVO está ahora también recogiendo peticiones en sus instalaciones y presentándolas directamente en la conselleria, una forma de trabajar que ha supuesto un nuevo punto de fricción entre ambas entidades. La administración entiende que se arrogan así mayores competencias de las previstas mientras que la fundación se asegura con este método controlar directamente a partir de qué momento comienza a contar el plazo de tres días hábiles para que la falta de respuesta de la conselleria se convierta en un silencio administrativo en positivo y poder atender directamente a los pacientes peticionarios.