Igual que el pacto de horarios comerciales ha costado años en cerrarse, la votación de ayer en las Corts para rubricarlo resultó también complicada. Ni Ciudadanos ni Podemos desvelaron el sentido de su voto hasta la misma votación, lo que aumentó la incertidumbre y puso el miedo en el cuerpo a Compromís y PSPV

Era el colofón a un largo proceso que acaba con posiciones tan complicadas como la de Ciudadanos que avaló con su firma la proposición para que llegara a la cámara y que finalmente se abstuvo. O la del PP, que votó en contra porque el procedimiento de lectura única no le gustaba, aunque fuentes populares aseguran que el sentido de su voto era más bien la abstención.

Fue un día de pasillos, con los socialistas buscando apoyos incluso entre los exdiputados de Ciudadanos, que valen para un roto y un descosido y que se han convertido ya en la última bala en la recámara del tripartito siempre que la unidad de voto del Botànic se resquebraja.

También lo intentó el PP, que se dirigió al grupo de Alexis Marí y compañía para intentar que no se sumaran al acuerdo, ya que si hay caos en el tripartito, el PP está más cómodo.

Un digno final para un acuerdo complicado que puso en un brete el mestizaje de Compromís y PSPV dentro de la Conselleria de Economía, donde las fricciones por este asunto han estado a la orden del día, con salida incluida de la número dos, María José Mira, que acabó en Hacienda por incompatibilidad con el conseller de Economía, Rafael Climent, que ayer, exultante, recibía la enhorabuena de muchos diputados porque políticamente el acuerdo de horarios comerciales le refuerza tras una legislatura complicada en la que ha sido considerado uno de los eslabones débiles del Consell.

Podemos lo ve un parche

En el debate, Podemos explicó, según el diputado Jordi Alamán, que la libertad horaria no supone mayores ventas ni tampoco más contratación y luchar contra estos perjuicios debería ser una apuesta del Consell, según reprochó. Alamán dice que el acuerdo es un parche que no profundiza en la protección a los trabajadores y que no da alternativa para que haya otros acuerdos más beneficiosos.

La diputada de Compromís Teresa García defendió ante el parlamento valenciano la propuesta que plasma el pacto logrado en el seno del Observatorio de Comercio, un «acuerdo histórico», dijo, que ha tardado dos años en fructificar y que ha puesto de acuerdo a 21 asociaciones y permite cuadrar el círculo. Desde el PSPV, la parlamentaria Antonia Serna defiende que esta propuesta sale de la voluntad y decisión de los representantes de los comercios, tras un controvertido debate social.

Mientras, la diputada Rosa García (Ciudadanos) justificó la abstención de su grupo dado que aunque es necesario acabar con el continuo rifirrafe de los horarios, según señaló, ya que no se entienden las prisas con la que se está tramitando esta iniciativa que se salda casi sin debate.