Como el agua de Lourdes, pero sin creencias religiosas de por medio y por un precio que puede alcanzar los 1.400 euros. Se trata de un producto que genera agua rica en hidrógeno y se anuncia como el antioxidante más eficaz de la naturaleza.

La teoría del agua hidrogenada o alcalina es la siguiente: parte del oxígeno que respiramos se convierte en oxígeno reactivo, que nos oxida. Y la oxidación es la principal causa del envejecimiento y del 90 % de las enfermedades. Así, nos oxidamos, enfermamos y envejecemos.

Sin embargo, si compramos un producto que genera agua rica en hidrógeno todo cambia. El organismo se limpia, se estimulan las enzimas, actúa como antiinflamatorio, aumenta la energía y la claridad mental, alivia el dolor muscular, mejora la circulación sanguínea, evita la propagación de virus bacterias y hongos, mejora la piel y frena el envejecimiento.

Así, se anuncia como un producto que puede ayudar a mejorar en enfermedades como la fibromialgia, fatiga muscular, asma, osteoporosis, úlceras gástricas y hasta disfunción eréctil. El agua hidrogenada o alcalina se obtiene mediante unas jarras portátiles conectadas a la red eléctrica o que funcionan también mediante baterías o pilas.

Una especie de agua milagrosa que, sin embargo, es «una estafa», según advierten desde la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana que ha interpuesto una denuncia ante la dirección general de Comercio y Consumo de la Conselleria de Economía, Comercio y Trabajo para que tomen cartas en el asunto ya que el producto está en auge (en una amplia variedad), se vende por internet y lo comercializan al menos 9 empresas, de las que 6 tiene sede social en la Comunitat Valenciana.

En el escrito presentado ante la conselleria, la Unión de Consumidores asegura que interpone denuncia «tras recibir consultas y quejas en relación con diversos productos para consumo humano que se comercializan y publicitan como agua hidrogenada y agua alcalina, a las que se atribuyen diversos beneficios y cualidades terapéuticas y saludables que, no estando debidamente contrastadas, pueden producir un perjuicio económico y para la salud de las personas consumidoras, además de poder suponer una infracción de la normativa de defensa de los consumidores y usuarios, publicidad y competencia».

La entidad en defensa del consumidor asegura que al producto se le «atribuyen una serie de cualidades sanitarias no verificadas que podrían inducir al consumidor a realizar un desembolso económico importante y abandonar tratamientos médicos más adecuados para sus enfermedades o dolencias».

Además, la Unión de Consumidores afirma que «tras consultar con varias fuentes nos consta que actualmente no hay ningún estudio sobre humanos que demuestre que el agua hidrogenada o el agua alcalina tienen algún beneficio acreditado, y parecen más bien un producto 'milagro', tal como lo define el documento elaborado por la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas» ya que «promete resultados asombrosos o mágicos.

Contiene afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación reconocida. Exagera o distorsiona la realidad científica de un nutriente o alimento. El coste de obtención del agua hidrogenada es muy elevado si lo comparamos con el valor económico de obtener los mismos resultados comiendo alimentos comunes; Garantiza los resultados antes de tomarla; y no consta ningún estudio in vivo que confirme sus beneficios».

Averías y contratos

La asociación, además, asegura que este tipo de productos durante su vida útil pueden requerir reparaciones y repuestos «que en muchas ocasiones no se ofrecen por las empresas vendedoras o se desconoce quién es el fabricante, por lo que impide o dificulta las posibilidades de las personas consumidoras para ejercer sus derechos en caso de avería o mal funcionamiento del producto adquirido».

«Y, por otro lado, siendo que la forma habitual de este tipo de productos es bien mediante visita al domicilio de las personas consumidores o a través de internet, deberán contar con una adecuada información de las condiciones generales de la contratación y sobre el derecho de desistimiento y el documento al que se refiere la normativa», añaden desde la entidad tras recalcar que «en ninguna de las páginas web consultadas se ofrece información sobre la contratación, las condiciones generales o, en alguna de las páginas, incluso no existe información detallada del vendedor». Por ello, instan a la conselleria a iniciar una investigación al respecto.