Un equipo de arqueólogos valencianos, en colaboración con el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, trabajan en las excavaciones de Valencia la Vella para recuperar el gran tesoro histórico que hay en las casi cinco hectáreas de la antigua ciudad visigoda situada en Riba-roja de Túria. Por el momento ya han sacado a la luz restos de calles, viviendas, campos de cultivo y una acrópolis que prueban que dicho enclave fue una ciudad con entidad administrativa, comercial y religiosa propia.

Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que expolios como el detectado ahora impiden el estudio completo de la zona, ya que únicamente queda el hueco dejado por el saqueador, pero esto no permite indagar sobre qué ocurrió en ese mismo lugar siglos antes.