La tarde del 18 de abril de 2016 la calle Caballeros de València, en pleno centro de la ciudad y a escasos metros del Palau de la Generalitat, fue escenario de una brutal agresión machista que, gracias a la rápida actuación de unos viandantes y de los agentes que custodiaban las dependencias autonómicas, no acabó con una víctima mortal más con la que engrosar la lista negra que sigue dejando a su paso la lacra machista cada año.

Hoy, casi dos años después del asesinato frustrado y tras recuperarse de las cinco puñaladas que le asestó su exnovio, la joven que sobrevivió al ataque puede relatar en un juicio los momentos de terror que vivió, a la vez que reconoce que sin esos «ángeles de la guarda», que la salvaron y retuvieron a su agresor, ahora estaría muerta.

Su excompañero sentimental, que se enfrenta a una petición de pena de doce años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa, trató de introducirla en la trastienda del comercio en el que se encontraba trabajando la víctima, para acabar presuntamente con su vida.

Según relató la joven, tras echarle en cara que ella hubiera iniciado una nueva relación, su agresor la cogió de los pelos y trató de encerrarla en la tienda.

En ese momento entró un cliente, pero ello no detuvo la intención homicida del acusado, quien tras mirarle de forma intimidatoria, sacó de forma sorpresiva una navaja que llevaba escondida y le asestó a su víctima hasta cinco cuchilladas en la espalda y el costado.

«Empecé a ver caer gotas de sangre y fui gateando hacia la puerta para pedir ayuda», relató ayer en la vista oral la agredida. «Apenas veía por la sangre y me fui arrastrando como pude hasta la calle. Si no me llegan a ayudar unas personas que estaban por allí, me habría matado», confesó la joven.

Uno de los testigos, que también declaró en el juicio, al presenciar lo ocurrido fue corriendo a pedir ayuda a los policías de la Generalitat que se encontraban custodiando la puerta del Palau. Otro incluso se enfrentó al agresor arrojándole un perchero.

Los policías de la autonómica acudieron rápidamente e inmovilizaron al detenido, quien además de la navaja portaba un machete escondido. La víctima fue trasladada al Hospital Clínico de València con lesiones «potencialmente mortales, que le hubieran causado la muerte de no recibir asistencia médico quirúrgica especializada inmediata», según la Fiscalía.

El acusado, por su parte, se acogió ayer a su derecho a no declarar y se remitió a su declaración en fase de instrucción. Su defensa considera que no era consciente de sus actos porque tenía alteradas sus facultades cognitivas y volitivas, por trastorno depresivo unido al consumo de alcohol y cannabis.