La prohibición de circular camiones de más de 7,5 toneladas emitida el martes por la Generalitat de Cataluña como medida «preventiva» frente a las nevadas provocó ayer la indignación en el sector del transporte de toda España y afectó a cientos de camiones procedentes de la Comunitat Valenciana que quedaron «varados» en Vinarós o la Junquera sin poder continuar viaje hacia sus destinos en Europa o regresar a casa.

Desde las 16 horas del martes, cuando la Generalitat activó suplan de nevadas, cientos de camioneros invadieron con sus vehículos las áreas de servicios, centros comerciales, polígonos industriales y otras zonas de Vinarós forzados por la prohibición.

Uno de los camioneros bloqueado en el aparcamiento del restaurante Kilómetro 148, explicó que pasó la noche en su vehículo. «No pudimos seguir circulando por la N-340, nos desviaron y paré aquí junto otros compañeros». Este profesional del transporte coincidía con sus compañeros en el aparcamiento. «No entiendo porqué nos tienen bloqueados; algunos de nosotros vamos a puntos donde no hay nieve y sabemos que la carretera es transitable».

«Tengo que ir a Amposta, a apenas 30 kilómetros de aquí y me tienen parado cuando sabemos que no hay problemas. Esto es pasarse. No lo entiendo», aseguraba otro camionero afectado.

Juan José Arnedo, empresario valenciano de transporte, manifestó que la prohibición se había dictado «sin ton ni son», sin un motivo justificado -tenemos gente en la Junquera y ni siquiera nieva- y denunció la «incompetencia» de las autoridades de la Generalitat que habían ordenado el bloqueo. «Tienen muchos medios pero seguramente no saben cómo utilizarlos y lo pagan nuestras empresas y los conductores, a los que tratan como a perros».

«Espero que sea una decisión poco meditada y no una demostración de fuerza de determinados individuos que se dedican a incumplir leyes en Cataluña», aseguró Arnedo, que al mediodía de ayer tenía 25 camiones paralizados por la orden de la Generalitat.

Por su parte, Carlos García, Gerente de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte (FVET), calificaba la prohibición de «radical», carente de la menor «flexibilidad» y ajena a las circunstancias meteorológicas que se vivían ayer en Cataluña.

«Ha habido camiones con carga de gas, esencial para evitar desabastecimientos en una situación así y no se les ha dejado circular, lamentó.

«No solo han bloqueado la distribución de mercancías en su territorio, sino que han afectado a todo el sistema de transporte español que tiene en Cataluña un paso estratégico», añadió Soler.

Pasadas las tres de la tarde el Servei Catalá de Transit decidía anular la prohibición al tráfico de vehículos pesados la AP-7. Aunque la idea era facilitar una incorporación paulatina, se produjo un gran colapso de tráfico por el número de vehículos pesados que había inmovilizados en la N-340, la antigua N-340, la N-238 y uno de viales paralelos a esta antigua nacional.

El tráfico de camiones se desvió por la N-238 hasta el acceso a la AP-7. El punto crítico se centró en la rotonda de acceso de la N-340 a la N-238, donde también confluía el tráfico que había accedido a esta última carretera desde la antigua N-340.

Los agentes de la Guardia Civil tuvieron que controlar el tráfico en este punto, entre otros, como en la rotonda de acceso de la antigua N-340 a la actual nacional en la zona de Sol de Riu, junto al límite con Cataluña donde la carretera estaba cerrada.