La censura de obras de arte en ARCO, la pena de tres años y medio de prisión al rapero Valtonyc, la prisión preventiva de más de un año a los jóvenes de Alsasua acusados de terrorismo por una pelea de bar, el secuestro de un libro sobre el narcotráfico en Galicia, la amenaza sobre tuits, la prisión de titiriteros en Madrid, la persecución de feministas en Valladolid por poner carteles de la huelga feminista del 8 de marzo...

Decenas de razones como estas reunían ayer a más de cien personas frente a la Estación del Norte para gritar contra la Ley Mordaza. Voces que, enmudecidas por cruces de cinta aislante que tapaban su boca y amordazaban su ya «vulnerada» libertad de expresión, denunciaban «una democracia degrada».

Una España en la que «bajo un cínico patriotismo de bandera todo vale para ocultar la corrupción o defender los intereses y opiniones de las élites del estado», manifestó València sense Mordassa, la asociación organizadora de la concentración.

Su portavoz, Manuel Colomer, explicó que esta concentración a la que asistieron miembros de Comisiones Obreras, de la CNT, de Esquerra Unida, Podemos, de los Iaioflautas, la Intersindical, Escola Valenciana y la Coordinadora Feminista, era un claro grito para «avisar» a la ciudadanía que la Ley Mordaza no es más que un ardid para que las tramas de corrupción y sus derivados procesos judiciales no solo queden relegados a un segundo plano, sino que ni siquiera sean expuestas.

«Nos roban la dignidad en forma de palabra», decía ayer José Luis Salgado (Totes Juntes). Así lo corroboró Carlos Sáez quien acudía a la concentración con una compañera que tapaba su rostro con la pancarta con la que se manifestaba.

«Hasta esto hemos llegado, hasta la paradoja de tapar nuestros rostros para pedir libertad de expresión por miedo a ser encarcelados», denunció. Y añadió a esta paradoja que, además, la Ley Mordaza castiga las expresiones antifascistas, «mientras la apología al franquismo no solo no está vetada, sino que continúa siendo alimentada».

Así, con caretas con las que tapaban su identidad dejando una imagen parecida a V de Vendetta, los manifestantes clamaron: «Contra todas las formas de represión a la ciudadanía, incluido el abuso de la prisión preventiva, por la liberación de los presos políticos y en defensa de la democracia».