Mujeres científicas y empresarias exigieron ayer reformas legislativas para garantizar que la maternidad no disminuya sus posibilidades de ascenso en las carreras profesionales porque en caso contrario, advirtieron, la sociedad perderá el 50 por ciento del talento.

Así, lo expusieron antes de intervenir en la jornada «Mujer, Ciencia y Empresa», organizada por la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (FVEA) y los Rey Jaime I, la catedrática de Medicina y jefa de Hematología y Oncología Médica del Clínico Ana Lluch, la Premio Jaime Emprendedor 2017, Alicia Asín, la emprendedora, investigadora, e inventora y profesora de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del jurado PRJI, Celia Sánchez-Ramos, y el premio Nuevas Tecnologías 2003, Eugenio Coronado, único hombre presente en la mesa.

La presidenta de EDEM y consejera de Mercadona, Hortensia Roig, señaló que más que una cuestión de leyes el problema está más en el ámbito privado y en la mentalidad. Así apuesta por tener «una conversación profunda y seria» con la pareja antes de tener una familia en la que «se pacte igualdad de derechos, de responsabilidades y de reparto de funciones».

Por su parte, la doctora Ana Lluch remarcó que la mujer ocupa el 60 por ciento de los puestos médicos pero que solo un 10 % llegan a jefas de servicio, y menos del 5 % son catedráticas de Medicina. Lluch explicó con la maternidad sufren «un paro» en sus carreras y cuando se reincorporan han perdido tiempo frente a los hombres.

Además, a las mujeres, tras la maternidad, se les exige «demostrar una valía superior» a los hombres. Por ello, exigió «una legislación para compatibilizar» la vida familiar y laboral que garantice además el acceso a puestos de dirección en igualdad de condiciones. En ese sentido, indicó que hay que ayudar a las jóvenes a no hacer solo carreras humanitarias sino también técnicas porque «en muchas de ellas son más capaces y conciliadoras que el hombre».

Alicia Asín alertó de que en la carreras de ingeniería e informática se está viendo un retroceso «alarmante» en la presencia de la mujer porque se ha pasado de unas 23 chicas de 80, cuando ella estudiaba, a menos de 10 que hay en la actualidad.