El comisionista en el saqueo de Emarsa Jorge Ignacio Roca Samper ha declarado esta semana en el juicio del Tribunal de Cuentas, para recuperar el dinero saqueado en la depuradora de Pinedo, que los responsables técnicos y políticos de la depuradora de Pinedo eran los destinatarios de las mordidas. «Es de una lógica aplastante. Si ellos no daban la orden de pagar, los otros no cobraban. Y las órdenes no se dan gratis. Las órdenes se dan cobrando», declaró cuando era interrogado en una de las sesiones celebradas esta semana en el tribunal con sede en Madrid.

«Y más cuando son todos amigos [aseguró en referencia a los presuntos cabecillas y responsables de las empresas comisionistas] y están todos quedando los fines de semana, las noches, las fiestas y los vuelos con sus correspondientes chiquitas a Brasil y Santo Domingo. Iban todos. ¿Cómo no tenían que cobrar? Estaban todos el ajo, no pasaban por allí», defendió de forma efusiva Roca Samper. El empresario, considerado durante años el «cerebro» de la depuradora de Pinedo, declaró por vídeo conferencia desde el centro penitenciario donde permanece en prisión preventiva desde abril de 2016 tras permanecer huido de la justicia durante cinco años hasta que fue detenido en Moldavia en junio de 2015.

No fue la única novedad que aportó Roca Samper durante su declaración en la sede del Tribunal de Cuentas. En respuesta a un letrado, admitió haber mentido durante el juicio en la sección primera de la Audiencia de València, al asegurar que conoció a Enrique Crespo y Esteban Cuesta en el transcurso de una comida para acordar el cobro de comisiones. «No conozco ni a [Esteban] Cuesta, ni a [Enrique] Crespo», admitió. Aunque al hacerle ver el letrado que lo interrogaba que era justo lo contrario de lo que declaró durante su declaración judicial, Roca Samper explicó resuelto: «Fue una estrategia de uno de mis abogados, que me dijo que los tenía que reconocer, porque la Fiscalía nos prometió una rebaja [de la condena] en la causa».

A preguntas del abogado de Crespo, Roca Samper añadió que «la Fiscalía quería que desviase más atención hacia estos señores [los responsables políticos y técnicos de Emarsa] que hacia los empresarios [que trataban los lodos], porque la Fiscalía tenía más cogidos a los empresarios que a los políticos y funcionarios o cargos públicos».

El empresario, que ahora estudia para panadero en la cárcel, explicó que «me trajeron fotos a prisión con las medidas, fotos y altura de estos señores [en referencia a Crespo, Cuesta y Bernácer] para que el día del juicio pudiera reconocerlos». ¿Y se prestó a esa maniobra?, le interrogó el letrado del expresidente de Emarsa y exalcalde Manises, Enrique Crespo. Aunque la presidenta del tribunal, Margarita Mariscal de Gante, cortó en seco el interrogatorio. «No conteste».

Sí tenía claro el empresario encarcelado que la sobrefacturación que acordó con los responsables de la empresa Adobs Organics (José Luis y Enrique Sena) y que ascendía a «tres o cuatro euros por tonelada» iba a los anteriores empresarios, pero también para los responsables políticos y técnicos de la empresa. «Crespo, Cuesta, Morenilla, Bernácer y Arnal recibían los sobres [con dinero] y posteriormente las tarjetas» que usaba Roca Samper para pagar las mordidas. «De una factura de 200.000 euros yo les entregaba un sobre con 120.000 euros». Preguntado expresamente por el exdirector financiero de Emarsa, Enrique Arnal, Roca Samper explicó que «de cada tres euros que se pagaban [de comisión] Arnal se llevaba un euro».

Según el comisionista del caso Emarsa, los sobres con los que entregaba a uno de los hermanos Sena las mordidas tuvieron que ser sustituidos por tarjetas porque «hubo un cambio de normativa y el Banco de España no dejaba entregar cantidades tan elevadas en metálico y fue el mismo banco el que me propuso el sistema de tarjetas», explicó durante su declaración, a la que ha tenido acceso Levante-EMV.