La fiesta pirotécnica de la que disfrutan millones de personas durante las Fallas tiene un precio, y ese precio lo pagan habitualmente los profesionales de los fuegos artificiales quienes, pese a las cada vez más estrictas medidas de seguridad, ponen su vida en juego cada día preparando este material altamente peligroso. Una explosión de una caseta de montaje de la empresa de Ricardo Caballer en Olocau se cobró ayer la vida de otro profesional del sector, Raúl Onielfa, con más de quince años de experiencia. En esta ocasión se trata de un trabajador de 41 años, vecino de Paterna, quien que se encontraba prensando los diferentes productos químicos como perclorato, nitratos, o cloruro de litio, mucho más peligrosos e inestables que la pólvora pero que dan ese color tan peculiar en los castillos.

Agentes del Tedax de la Guardia Civil, así como de Intervención de Armas y Explosivos y de la Policía Judicial de Llíria examinaron el lugar para determinar las causas del siniestro. Una de las hipótesis que se manejan es la caída accidental de algún producto a la tolva donde se mezclaban los componentes químicos, lo que habría provocado una reacción y la posterior explosión.

«En el mundo de la pirotecnia todos estamos unidos y más en estos momentos», remarcó Vicente Caballer, primo del dueño de la pirotecnia donde se produjo el siniestro y otro de los baluartes de la familia de pirotécnicos al desplazarse al lugar nada más conocer la triste noticia. «Lamentamos muchísimo este tipo de cosas. El mundo de la pirotecnia hoy está muy triste», incidió sobre la dolorosa pérdida de este trabajador que era «como un familiar más».

La explosión se produjo en torno a las 9.42 horas de ayer, por causas que investiga la Guardia Civil, en una caseta aislada de unos nueve metros cuadrados dentro de las instalaciones que la empresa pirotécnica Ricasa tiene en una zona rural de Olocau. La empresa de Ricardo Caballer había pasado todos los controles de calidad y seguridad, el último de ellos hacía apenas cuatro días, el pasado viernes 9 de marzo. Agentes del Grupo de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de Llíria, que antes del periodo de Fallas extreman los controles debido al incremento de trabajo y cantidad de almacenaje de material con motivo de las fiestas, comprobaron que las instalaciones cumplían todos los parámetros.

De hecho, la explosión destruyó el techo de la caseta de montaje pero no llegó a afectar a ninguna estructura más ni causó daños humanos a otros trabajadores, al cumplir con las distancias de seguridad oportunas entre las distintas casetas de montaje y almacenaje y salir la onda hacia arriba.

Hasta el lugar se movilizó una ambulancia del SAMU y un Soporte Vital Básico, así como el helicóptero medicalizado. No obstante, los servicios médicos únicamente pudieron certificar el fallecimiento del trabajador.

La pirotecnia de Ricardo Caballer rendirá homenaje a su trabajador durante la Mascletà que ya estaba programada para el próximo jueves.