A Ximo Puig le crecen los problemas con la financiación autonómica dentro de casa. Además de tener que hacer frente a la posición fuerte del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, y sus aliados (incluidos los líderes socialistas de Asturias y Aragón), que reivindican un modelo que no altere el orden actual del reparto y que, por tanto, perjudica a la Comunitat Valenciana, la peor financiada, el jefe del Consell vio ayer cómo el portavoz del grupo del PSOE en el Senado manifestaba una estrategia sobre la financiación distinta a la suya.

El líder del PSPV ha tomado la delantera en este debate con su petición, reiterada, de acudir a la comisión general de comunidades autónomas del Senado (hace un año que no se convoca) para debatir sobre financiación autonómica y ha presentado asimismo una propuesta de reforma de la Constitución que profundiza en esta cuestión.

Sin embargo, el portavoz socialista en la Cámara Alta, Ander Gil, se mostró ayer contrario a que este órgano se reúna mientras el Gobierno no presente una propuesta de reforma del modelo de financiación.

Lo dijo tras la junta de portavoces. «A fecha de hoy», remarcó, no se conoce la oferta de la Moncloa, por lo que la comisión que pide Puig «no tendría mucha materia para debatir». Lo primero, insistió, es que el ejecutivo de Mariano Rajoy «cumpla con su obligación y su compromiso» de presentar una propuesta. «A partir de ahí, el resto», concluyó. El resto es la convocatoria del órgano en cuestión y la comparecencia de Puig.

El fondo de la cuestión es el mismo. Tanto los socialistas del Senado como el PSPV y el Consell de Puig y Mónica Oltra reclaman que el Gobierno plantee una propuesta de nueva financiación (iba a haber nuevo modelo antes de que acabara 2017). La diferencia está en la estrategia. Puig cree que cuanto más debate, más presión y más posibilidades para la vía valenciana, que lo tiene difícil con el frente del norte actuando en bloque. El PSOE del Senado prefiere esperar al próximo movimiento del Ejecutivo.

¿Problema con el protagonismo del jefe del Consell, que ha tenido grandes desencuentros en el pasado con el líder del PSOE, Pedro Sánchez? Presidencia quiere que pensar que no, que tal vez Ferraz quiere tiempo para negociar en relativa calma con el PP. Otra hipótesis es que el partido intenta evitar que se hagan visibles diferencias de planteamiento entre federaciones o una toma de partido por alguna de ellas.

Gil, en este sentido, es un senador vasco electo por Burgos: Castilla y León es una de las cuatro autonomías del bloque del norte.

Presidencia insistió ayer en que su solicitud de comparecencia no es de partido, sino «institucional» (del Gobierno valenciano). Por tanto, la mantiene. No obstante, con PP y PSOE sin ganas de convocar la comisión, parece condenada a quedar aparcada.

Puig tendrá la oportunidad de hablar hoy en el Senado. Lo hará no en un acto oficial de la Cámara, sino en la clausura del Foro de las Autonomías, que organiza el Instituto de Derecho Público. Es su plan B para llevar la financiación autonómica a la institución.

Joan Lerma, por su parte, ofreció su versión B sobre la polémica. El único senador del PSPV culpó al PP de no convocar la comisión de las autonomías y subrayó que los socialistas ven «muy positivo» iniciativas como la de Puig para plantear en la Cámara su visión. Una manera de intentar enfriar tensiones.