Jesús Núñez Villaverde, economista y militar en reserva, es codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (Iecah). Acaba de publicar el libro «Daesh, el porvenir de la amenaza terrorista», en el que analiza el origen de evolución y desarrollo de este fenómeno y las posibles formas de hacerle frente.
¿Cómo surge Daesh? ¿Guarda alguna relación con Al Qaeda?
Hay que entender a Daesh como un «hijo rebelde» de Al Qaeda. Hace diez años lo conocíamos como su franquicia en Irak. Después, al asumir su control Al Bagdadi, compite por el liderazgo del terrorismo global y da el salto hacia Siria. Es el mismo sustrato ideológico, pero estamos más ante una lucha interna por la marca del terrorismo yihadista. Ha sabido aprovechar el vacío de poder en Siria y el descontrol en Irak en la primavera de 2014, donde creó su pseudocalifato.
¿Qué amenaza supone en el contexto internacional?
Tiene capacidad para matar, pero no es invencible ni poderosísimo. Su principal actividad la desarrolla en países musulmanes, pero el atractivo que ha generado le ha permitido tener franquicias internacionales que en muchos casos se han escindido de grupos alineados con Al Qaeda. Otros son grupúsculos que no reciben órdenes de Daesh pero han sido inspirados por él. Es una amenaza global, pero no existencial. No tienen capacidad para colapsar ningún Estado occidental ni musulmán.
Pero sí para producir acciones de gran impacto...
Sí, buscan golpes que tengan asegurado un impacto mediático, para crear un clima de temor generalizado y dar la sensación de que tienen más poder. Quieren así forzar a los países occidentales a dejar de apoyar gobiernos en países musulmanes. No somos su objetivo principal, que es tener el poder en esos países.
E imponer su particular visión del Islam...
Tienen un fundamento ideológico, el convencimiento de que están en posesión de la verdad, la cual tratan de imponer por la fuerza. Se alimentan de una visión muy rigorista del Islam, de la aplicación literal del Corán en todos los sentidos de la vida.
¿Y cómo cree que se puede afrontar este terrorismo?
No hay solución militar para hacer frente a la amenaza del terrorismo yihadista; ahí están Afganistán e Irak. Esa apuesta, como mucho, sólo permite ganar tiempo. No digo que no sea necesario el componente militar, pero no el único instrumento. Hay que ir a las causas estructurales, para que así no se reproduzca el monstruo. Hace falta una estrategia multilateral y multidimensional, y con vistas a largo plazo.
Este fenómeno utiliza mucho internet y las redes sociales para propagarse. ¿Hay alguna forma racional de controlarlo?
Entiendo que se debe vigilar lo que hay en las redes sociales. En ningún caso coartarlas, pero sí saber que son un instrumento importante a conocer. Y hay que contar con una contranarrativa argumentada para hacer ver que los terroristas no representan al Islam.
