La vivienda de la calle Vicente Zaragozá, en el valenciano barrio de Benimaclet, en la que unos albañiles encontraron el pasado sábado por la tarde el cadáver esqueletizado de un hombre había sido alquilada a estudiantes, pero también a alguna familia.

De momento, la identidad de la víctima sigue siendo un misterio y la policía espera que la autopsia, que se le empezará a practicar hoy, arroje algo de luz sobre una investigación que se prevé larga y compleja salvo que el grupo de Homicidios cuente con un inesperado golpe de suerte.

Al parecer, el piso ha permanecido más de siete años vacío, ya que la dueña había sufrido algunos contratiempos con los alquileres, así que prefirió dejar de arrendarlo. Desde hace un tiempo, el piso había sido puesto en manos de una inmobiliaria para venderlo.

Los nuevos propietarios, un matrimonio joven, lo adquirieron a finales de septiembre y recientemente habían iniciado una reforma completa de la vivienda, incluido el patio interior, un reducido espacio de uso privativo de los dueños del primer piso.

El sábado por la tarde, sobre las seis y media, los albañiles estaban derruyendo una pequeña construcción de ladrillo y cemento y, al retirar lo escombros, encontraron un esqueleto humano que aún conservaba la ropa. Fueron los propietarios quienes alertaron a la Policía Nacional, que desplazó al lugar a agentes del grupo de Homicidios y de la Policía Científica, así como la comisión judicial.

De momento, no hay evidencias de cómo se produjo la muerte, aunque la hipótesis principal es que se trate de un homicidio. Será hoy cuando los forenses inicien el estudio del cadáver, lo que permitirá conocer con mayor exactitud cómo se produjo la muerte y, sobre todo, cuándo, para acotar la búsqueda.

Los investigadores ya han comenzado a hablar tanto con los actuales propietarios como con la dueña anterior, en un intento por saber quiénes ocuparon la casa y en qué fechas. La data de la muerte y la obtención del ADN del cadáver serán fundamentales para iniciar el rastreo de denuncias de desaparición que coincidan en el tiempo que acoten los forenses.