La comisión de investigación sobre la gestión y los sobrecostes en Feria València reunió ayer en las Corts a tres viejas glorias del Partido Popular venidas a menos: Alfonso Rus, Carlos Fabra y José Joaquín Ripoll. Tres antiguos barones populares que durante décadas lo fueron todo, pero que han acabado apeados de la política por sus respectivos problemas judiciales.

Rus, Fabra y Ripoll comparecieron como vocales del patronato de Feria València del que eran miembros por su condición de presidentes de las tres diputaciones provinciales. Aunque los tres reconocieron que eran vocales «florero» porque no acudían a las reuniones de la institución. Sobran los dedos de una mano para contabilizar las citas a las que acudieron los tres.

Aunque dentro y fuera de la comisión de investigación, a preguntas de los diputados y los periodistas, sí se explayaron sobre sus relaciones -o la ausencia de ellas- con la trama Gürtel y con su antiguo jefe en el PP, el expresidente de la Generalitat y del PP, Francisco Camps.

Tanto Rus como Fabra pusieron «la mano en el fuego por [Francisco] Camps». Ripoll, zaplanista de pro, evitó pronunciarse sobre el expresidente. «Yo con Camps saben lo que ha ocurrido y no puedo ser objetivo y prefiero no decir nada», aseguró durante su comparecencia. Los tres, sin embargo, alardearon de haber esquivado a las empresas de la trama, cuando Álvaro Pérez «El Bigotes» intentó conseguir contratos en las diputaciones o en las direcciones regionales del PP.

Rus fue el primero en comparecer y en romper una lanza por Camps. «Pongo las manos en el fuego por él, porque es una persona muy trabajadora y muy pendiente de los demás», por lo que, opinó, «no debe dejar el Consell Jurídic Consultiu (CJC) porque sería dar la razón a los que dicen que es culpable».

Al exalcalde de Xàtiva y expresidente de la Diputación de València, investigado en varias piezas del Caso Taula por malversación y blanqueo de capitales, entre otros delitos, no le consta la corrupción en el partido donde lo fue casi todo. «El PP no ha tenido ninguna corrupción, que yo sepa, porque nunca ha intentado hacer cosas que no tocaban. Y no he visto el B, el A y el C», en referencia a los pagos en negro en las campañas electorales.

«¿Que ha habido alguien que ha hecho algo? Quien lo hizo se fue a Ecuador y solo volvió cuando se le acabó el dinero», aseguró en referencia al exgerente de Imelsa, Marcos Benavent, «a quien todos creen, a pesar de ser un prófugo», se lamentó.

Sobre Orange Market, la sucursal valenciana de la trama Gürtel dirigida por Álvaro Pérez «El Bigotes», Rus admitió que una vez «pasaron una factura una factura de 30.000 euros, pero nos pareció cara y sólo les pagamos 13.000 euros». Y acto seguido desmintió que el expresidente de la Generalitat ejerciera de cicerone con la trama Gürtel en las estructuras del partido o la Diputación de València. «Camps no ha dado nunca ni una orden sobre una empresa. Ni una. Si hubiera sido así habríamos trabajado con Orange Market y no lo hicimos. Nunca he recibido órdenes del señor Camps».

También rechazó haber tenido empresas de cabecera como el PP regional (Orange Market), Rita Barberá (Laterne y Trasgos) o Serafín Castellano (Construcciones Taroncher). «La cabecera la tengo en mi casa», ironizó.

También hizo una encendida defensa de Camps el expresidente provincial del PP de Castelló, Carlos Fabra, condenado a cuatro años de cárcel por delito fiscal y actualmente investigado en dos causas: una por presunto delito societario en el Club de Campo del Mediterráneo de Borriol y otra por presunto cohecho en el patrocinio del Aeropuerto de Castelló.

Respaldo a Camps

«Conozco perfectamente a Camps y pondría la mano en el fuego 20 veces por él. Me parece que es la persona más honesta y más honrada que he conocido en mi vida», defendió antes de comparecer en las Corts. Fabra reconoció que Camps es «uno de los pocos» ex dirigentes populares con los que mantiene el contacto. «Cada quince o veinte días le llamo para saber cómo está».

El expresidente del PP de Castelló desde 1991 hasta 2012 presumió de haber evitado que la Gürtel hiciera negocio en su territorio. «Me llamó la gerente del PP o el secretario general [Cristina Ibáñez y Ricardo Costa] para que atendiera a Álvaro Pérez. Querían hacernos el stand de Fitur. Me presentaron un presupuesto que era ocho veces el que teníamos. No me digné ni a contestarle».

El tercer exbarón provincial popular en comparecer en la comisión de Feria València fue José Joaquín Ripoll, también investigado en el Caso Brugal por cohecho, fraude y tráfico de influencias.

Ripoll también marcó distancias con la Gürtel. Y aprovechó para lanzar una pulla a Bernabé Cano, alcalde de La Nucia, actual vicepresidente séptimo de la Diputación de Alicante y compañero de juergas de los miembros de la Gürtel.

Según Ripoll, fue Cano quien propuso a Orange Market para organizar una gala del deporte, pero «me negué». También quisieron colarle a la empresa de la Gürtel en otro acto, pero «como teníamos relaciones tirantes entre la provincial de Alicante y la regional, no queríamos aceptarla». Ripoll no ocultó su antigua enemistad con Camps. «No puedo ser objetivo y como no puedo ser objetivo, prefiero no decir nada».