¿Broma pesada? ¿Acto vandálico? ¿Simple descuido inconsciente? La realidad es que una cometa que volaba «a gran altura» en la ruta de despegue y aterrizaje del aeropuerto de Manises en la tarde-noche del lunes provocó retrasos en seis vuelos y obligó a cuatro de ellos a sobrevolar València, en algún caso durante 23 largos minutos, hasta que el peligro desapareció. Finalmente, la Guardia Civil localizó el «cachirulo», pero para entonces ya no lo manejaba nadie: lo habían atado a la valla perimetral del aeródromo y se habían ido del lugar sin dejar rastro.

El incidente se produjo en torno a las 19.00 horas del lunes. Un controlador de la torre de Manises advirtió la presencia de la cometa a «unos 40 o 50 metros» de altura, justo en un área de exclusión aérea, ya que se encuentra en las inmediaciones de la pista de despegue y aterrizaje del aeropuerto valenciano.

La torre de control emitió una alerta y paralizó todas las salidas y llegadas hasta que la cometa dejó de surcar el cielo, a las 19.35 horas, según confirmaron a Levante-EMV fuentes de AENA.

Las mismas fuentes detallaron que el incidente de seguridad afectó a seis vuelos. Dos de ellos debían despegar en esa franja horario y los otros cuatro tenían previsto aterrizar en Manises entre las siete y las siete y media de la tarde.

Ante el riesgo de que la cometa pudiese acabar enredándose en las turbinas o en algún otro elemento de las aeronaves, los controladores instaron a los comandantes de esos cuatro vuelos a permanecer en el aire, volando en círculos sobre el mar, frente a la entrada natural al aeropuerto, esto es, el cauce del Túria desde su embocadura hasta Manises.

El vuelo que salió peor parado fue el TP1092, de la compañía portuguesa TAP, que cubría el trayecto Lisboa-València y debía haber tomado tierra en Manises a las 19.25 horas. Sin embargo, el comandante se vio obligado a permanecer en el aire, realizando al menos cuatro amplios círculos sobre el mar, a varias millas de la costa, durante 23 largos minutos. El piloto informó a los pasajeros de que un incidente en tierra les obligaba a permanecer en el aire hasta que la torre de control de Manises les diese permiso para aterrizar. Lo hizo a las 19.48 horas.

El vuelo de TAP «compartió» ese tiempo y espacio, en altitudes distintas, con los otros tres aviones comerciales. Uno de ellos, el 0B113 de la aerolínea Blue Air, procedente de Bucarest, aterrizó con 31 minutos de retraso aunque, en teoría, el incidente de la cometa apenas le supuso una demora de 7 minutos, ya que traía un importante retraso acumulado porque partió de la capital rumana 47 minutos más tarde de los previsto, según los datos de registro de ese vuelo a los que ha tenido acceso Levante-EMV.

Otro de los vuelos afectados fue el VY8155 de Vueling, que cubría el trayecto París-València. En su caso, la aeronave tomó tierra a las 19.43, con apenas tres minutos sobre el horario previsto, y después de que la torre de control le permitiera aterrizar entre el vuelo de Blue Air y el de TAP.

No ha sido identificado

Nada más percatarse de la presencia de la cometa, que, según varios testigos, «era de grandes dimensiones», el ejecutivo responsable de la torre de control ordenó que se alertara al 112, desde donde se activó el protocolo de seguridad, alertando a la Guardia Civil y a la Policía Nacional.

Varias patrullas de ambos cuerpos se desplazaron al punto indicado por los controladores, es decir, la valla perimetral más próxima a la zona de carga y descarga de mercancías del aeródromo, junto a la carretera CV-37, que enlaza Manises con Riba-roja.

Cuando la Guardia Civil llegó al punto, localizó el «cachirulo», pero no había nadie junto a él. Quien lo había estado volando en un área prohibida había desaparecido y había dejado la cometa atada a la valla del aeropuerto.

El aeropuerto valenciano -al igual que otros- ha vivido varias alertas de seguridad por el uso punteros láser utilizados para deslumbrar a los comandantes de vuelo de las naves que aterrizaban o despegaban de Manises.

Sin embargo, esta es la primera vez que se produce en este aeródromo un incidente de seguridad de estas características, con suspensión temporal de la actividad aérea, por la presencia de una cometa, según confirmaron las fuentes de AENA consultadas por este diario.