La vida sonríe a Ciudadanos. Disparados como estaban ya en las encuestas tras el triunfo del pasado diciembre en Cataluña, la formación que lidera Albert Rivera puede ser la gran beneficiada si la investigación pasa factura a los dos partidos principales del Botànic. Ciudadanos ha puesto en el punto de mira estos días en que la Comunitat Valenciana vuelve a estar en el foco de la corrupción, un discurso que busca evitar que el PP, el partido más afectado por estos casos, saque pecho de los problemas judiciales de PSPV y Bloc. Ciudadanos va a insistir en que es el único partido libre de toda sospecha y que es el único capaz de regenerar verdaderamente la vida pública. Además, a un año de las elecciones, la formación naranja empieza a ser el verdadero objeto del deseo. Si se confirmaran sus expectativas de voto, el partido puede ser clave en la formación del Consell a partir de 2019. Con el PP si la mayoría suma o incluso con el PSPV si se dieran los números y no se reeditara una segunda edición del Botànic. De hecho, Ciudadanos es el plan B de los socialistas en caso de que un hipotético pacto entre Compromís y Podemos le pudiera arrebatar la hegemonía en la izquierda.
Ciudadanos no realizará primarias hasta los primeros meses de 2019 para elegir a sus candidatos. De hecho, las que escogieron a Carolina Punset en 2015 como cartel para la Generalitat no se celebraron hasta febrero del año electoral. En Ciudadanos, que en aquel año dio apoyo a los populares en Madrid y a los socialistas en Andalucia, solo ponen líneas rojas al nacionalismo, es decir a Compromís, y a la corrupción, hasta ahora toda en manos del PP, pero a la espera de observar la deriva que toma la investigación abierta. Internamente, las fuentes apuntan que el partido se ha tranquilizado desde que no tiene «elementos incómodos» y apuntan que su intención es obtener un buen resultado en 2019 y si se da el escenario adecuado entrar a asumir competencias de gobierno.
