«Solo si entiendes el origen de una enfermedad, serás capaz de prevenirla, y de curarla». Con ese axioma en la cabeza, María Blasco (Alicante, 1965), está intentando llegar a la raíz de las enfermedades degenerativas, las ligadas al envejecimiento de nuestras células, para poder, en un futuro curarlas. Con su última investigación, esta bióloga molecular que desde hace siete años dirige el prestigioso Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha dado un salto cualitativo al curar la fibrosis pulmonar en ratones apuntando, directamente, al origen del problema: el acortamiento de los telómeros (los extremos de los cromosomas que componen el ADN).

Aunque lejos todavía de la aplicación práctica en personas, la investigación codirigida por esta alicantina abre puertas, no solo en esta enfermedad sino en todas aquellas que, en su origen esté el acortamiento de los telómeros, al fin y al cabo, el envejecimiento de las células.

Por su avance y por su implicación en seguir haciendo una ciencia excelente, de divulgarla y de abanderar a las mujeres en la ciencia, María Blasco ha recibido en las instalaciones de Levante-EMV el Premio Portada del Mes de Enero 2018 coincidiendo con la publicación de la noticia, precisamente, del éxito de su investigación.

Blasco recibió de manos del director del diario Levante-EMV, Julio Monreal, una portada conmemorativa durante un acto en el que se reunieron algunos de los investigadores y oncólogos más sobresalientes del panorama valenciano, una verdadera «constelación» de personalidades en la mesa con las que la investigadora compartió pareceres pero, sobre todo, deseos de cara al futuro: sobre todo financiación estable para poder mantener el nivel de excelencia que tiene la investigación actualmente en España. «Este premio es importante porque con él Levante-EMV está visibilizando y poniendo también en valor la ciencia en nuestro país», agradeció Blasco nada más recoger el galardón y poco antes de hacer una explicación casi divulgativa de su último trabajo y de cómo está convencida de que envejecer no es una enfermedad en sí, pero sí está en el origen de muchas de ellas.

Cómo y cuándo este avance en concreto podría tener una aplicación práctica para los 8.000 afectados por esta patología es algo que todavía está por ver. «Son años de estudio», alertó Blasco para los que, además, hace falta dinero. «La sociedad no lo sabe y se piensa que los medicamentos surgen de un día para otro pero hay una investigación detrás de años e inversiones importantes», explicó, de ahí que pusiera por delante la necesidad de hacer pedagogía y de implicar a la sociedad en la tarea que se desarrolla en los centros investigadores de España «que los tenemos. Somos un país de ciencia excelente y solo pensando que lo somos, podremos convencer a nuestro políticos de que apoyen la investigación» para seguir poniendo sobre la mesa soluciones a enfermedades que, hoy por hoy, son incurables.

El apoyo institucional a esta tarea y el compromiso del aporte de fondos monopolizó, de hecho, buena parte de la conversación en la mesa en la que los presentes apostaron por un Pacto de Estado real para que«independientemente de quien gobierne, se invierta» en investigación de forma estable, según pidió el jefe de Oncología del Hospital General y presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer, Aseica, Carlos Camps. Blasco le puso cifras a la inversión: apenas un 1,2 % del Producto Interior Bruto (PIB) «por debajo de la media europea» y muy lejos de países como Israel «con un 4,2 %».

Ahí, la directora del Centro de Investigación Príncipe Felipe, Deborah Burks, agradeció el aumento de presupuesto de la Generalitat Valenciana ya que, tener una base estable, les permitía «hacer una política científica estable», algo que aplaudió públicamente la homenajeada. «Hace falta investigación porque es el futuro y para eso debe haber presupuesto», reconoció la consellera de Sanidad, Carmen Montón, que recordó ese aumento de un 59 % de fondos en la C. Valenciana pero «aún hay margen de mejora. Aquí tienes una aliada», dijo.

«Aquí ha aumentado pero hace falta más porque partíamos de una base aberrante con la disminución por la crisis», advirtió el jefe de Oncología del IVO, Vicente Guillem que demandó también reformar la ley de mecenazgo y no perder de vista la colaboración con la industria privada además de que la investigación básica se aliara con la parte clínica para llegar, cuanto antes, a los pacientes y aprovechar sinergias.

Ahí, Blasco lanzó un guante de colaboración a la consellera Carmen Montón al recordar que el CNIO eran un centro nacional con «acuerdos marco con hospitales de dentro y fuera de Madrid». «Un centro de investigación básica su objetivo es hacer una investigación de excelencia pero hay que estar abiertos al entorno clínico», aseguró. El presidente de la junta provincial de la Asociación Española contra el Cáncer, AECC, Tomás Trénor, pidió, además, implicar a la sociedad y acercar la investigación a sus últimos beneficiarios para que «aporten privadamente y presionen públicamente» para tener esa financiación pública. Trénor puso como ejemplo las becas que la AECC ha puesto en marcha gracias a las donaciones privadas «en algo tan sencillo como las carreras populares». Visibilizar para comprender y comprender para implicarse con la ciencia.