Domingo de Resurrección para la sanidad pública valenciana o fin de semana de Pasión para un modelo de gestión privado de los recursos sanitarios: el denominado modelo Alzira. Según de qué lado se mire ayer, Sábado de Gloria, se vivió una resurrección o una crucifixión para el Hospital de La Ribera.

El 31 de marzo de 2018 expiró el contrato de la Conselleria de Sanitat con la concesionaria -la UTE Ribera Salud II- y el Hospital de la Ribera, que fue el emblema de la política sanitaria del Partido Popular durante casi dos décadas, junto a la gestión de toda el área de salud de esta comarca, volvió a manos de la administración valenciana.

Desde hoy domingo, día 1 de abril, será dirigido y planificado por la Conselleria de Sanitat con nuevos gestores, modelos y métodos que beneficiarán a pacientes y empleados. Así lo ha repetido en varias ocasiones la consellera de Samitat, Carmen Montón. ¿Pero notarán los usuarios y los trabajadores esta reversión de lo privado-público a lo público? Está por ver. De momento, ayer, último día de mando del poderoso grupo sanitario, los pacientes y familiares preguntados por Levante-EMV afirmaban que no han notado ninguna diferencia de peso. El traspaso de poder se produjo en un ambiente de normalidad. En la medianoche. Hasta entonces no hubo ningún sobresalto ni ningún elemento externo -cambios de cartelería o rotulación en el edificio, presencia de vehículos de carga, trajín de cajas o archivos- que indicase que iba a concretarse el cambio.

Por ejemplo, Lorena Costa, de Cullera, que visitó el hospital para estar con su abuela señalaba: «De momento no hay ninguna difefencia en el trato ni en la gestión sanitaria». La joven estaba al corriente de que a partir de hoy el centro hospitalario volvería a ser gestionado por la Generalitat. «Vinieron -explicó a este diario- a Cullera a hacer una charla y nos enviaron una carta para explicarnos que iban a cambiar, así que estaba informada de la situación. Incluso de que a partir de mañana -por hoy- el párquing será gratuito», subrayó. Por su parte, María Solanes, vecina de Sueca de 50 años,comentó que en conversaciones con algunas enfermeras, «me han dicho que confían en que al convertirse otra vez en público, el servicio pasará a ser mejor porque entrará más personal pero la verdad es que de ayer a hoy no se ha notado nada». Con todo, añadió, «aquí la gente habla de que antes el hospital ya estaba muy bien».

Otro paciente que se dirigía a Urgencias, Sergio Serrat, de Carcaixent y de 23 años de edad, relató que le parece «perfecto» que no se haya prolongado el contrato con la concesionaria. «Soy un defensor del sector público y estoy de acuerdo con la medida porque también beneficia a los trabajadores», declaró. «Me enteré por Facebook y gracias a su periódico», puntualizó.

Fernando Espí, de 47 años y residente de Alzira, no tenía claro si la reversión va a favorecer a los enfermos. «Quizá al pasar a la gestión pública, los trabajadores se relajen más, porque se hacen un poco como los funcionarios». Ahora bien, bromeó: «Me parece que lo de los enchufes funciona lo mismo».

Ajenas a todo lo demás, tres auxiliares de planta hacen un pequeño descanso de 15 minutos. Al ser interrogadas comentan que les han comunicado que «se van a reforzar algunos servicios y turnos a partir de mañana -por hoy-». Por lo demás, «no hay cambios de momento».

Mientras paseamos por los alrededores del centro hospitalario y por dependencias comunes -como la recepción o la cafetería- comprobamos que hay actividad y grupos de pacientes que esperan-verbigracia, en la sala de radiología- pero en un ambiente de tranquilidad y normalidad.

El párquing gratuito y el de pago presentan un buen nivel de ocupación pero demuestran que no hay tanta afluencia como en días laborales. «Estamos de puente- subraya un portavoz de Ribera Salud- y solo tenemos servicios mínimos para hospitalización y servicios de urgencias». Eso sí, esta fuente destaca que han garantizado hasta hoy un plan de servicios especiales para Semana Santa -en particular en Cullera y playa- ante el incremento de turistas residentes en la zona y en toda el área de salud. «El operativo es muy parecido al que ha anunciado Sanitat», comentaba.

Por último, respecto al futuro inmediato, «hay incertidumbre porque a pesar de lo afirmado por la consellera hay 1.400 empleados que pasan a ser personal a extinguir y eso no asegura que en unos años no se convoque una oposición y prescindan de nosotros». Por ende, «los médicos y especialistas van a perder hasta un 25 % de su sueldo en incentivos que van a dejar de cobrar y van a ver cómo empeoran sus condiciones laborales», finalizó.

Cs pide garantías para la plantilla

Por último,el portavoz adjunto de Ciudadanos (Cs) en Les Corts, Juan Córdoba, afirmó ayer que su formación «vigilará» que la Conselleria mantenga «la calidad asistencial» y que se «garantice el futuro de la plantilla» tras la reversión del Departamento de Salud de La Ribera.

El diputado recordó que existen «dudas serias sobre el futuro de los trabajadores porque la figura de personal laboral indefinido a extinguir no tiene encaje, según el Consell Jurídic Consultiu, en las plazas de estatutarios, lo cual provocará que se inicien numerosos procedimientos legales», enfatizó.