El «by-pass» o circunvalación de València está al borde del colapso y la saturación de tráficos pesados convierte a esta infraestructura en máquina de generar accidentes mortales. No existe conflicto en el diagnóstico, aunque sí en las posibles soluciones. La opción de Fomento es «aislar» el tráfico de largo recorrido entre la A-3 y la CV-32 y dejar que los seis nuevos carriles, tres a cada lado excepto en el tramo de Paterna, donde los seis van por el lado este, gestionen todo el tráfico local.

«No tiene sentido ejecutar una nueva obra tan costosa y que tanto perjudica en los términos municipales afectados con una finalidad concreta como es captar tráfico del área metropolitana de corto recorrido si no se realizan nuevos enlaces con las infraestructuras a la nueva autovía y se acortan los desplazamientos y, por tanto, el tiempo de permanencia medio de un vehículo», subraya el presidente de los empresarios de Fuente del Jarro, Santiago Salvador ,en sus alegaciones.

El Ayuntamiento de Riba-roja también cree que el nuevo «concepto» de «by-pass» sigue sin proporcionar un acceso directo desde la A-7 a centros generadores y receptores de tráficos pesados como el parque logístico, el futuro polígono de Plan de Nadal o el polígono industrial de Masía del Conde en Loriguilla, con más de un millón de metros cuadrados y con una única salida directa a la A-3. El PSOE llegó a presentar una Proposición no de Ley en el Congreso pidiendo estos enlaces.

Los empresarios temen que la nueva ordenación no solo no les dé el acceso directo que reclaman, sino que reenvíe obligatoriamente a sus camiones- algunos con destinos a Europa- a los nuevos carriles colectores del tráfico local.

La falta física de espacio, agravada por la ocupación que representa la nueva plataforma y la proximidad de núcleos habitados hace difícil construir nuevos enlaces. De hecho solo habrá dos entre las calzadas laterales y las de largo recorrido en los cruces de la CV-32 y la A-3, principio y final de la actuación.