José María Aznar volvió ayer a València, y lo hizo casi a modo de advertencia, porque el foro de la fundación que preside, FAES, se organizó bajo el título La Comunitat Valenciana ante el nacionalismo catalán. La clausura recayó sobre el expresidente y fue contundente al afirmar que la estrategia expansionista del independentismo catalán «apunta a la Comunitat Valenciana», que corre el riesgo de caer ante «la amalgama de populistas y revisionistas que acaban por destruirlo todo».

Aznar calificó la situación política catalana como una rebelión «en toda regla», una crisis que pone a prueba «el edificio constitucional». Sin embargo, Aznar aseguró en su metáfora que la Constitución «está dando muestras más que razonables de solidez por más que algunos se empeñen en que la Constitución es el problema y su reforma la solución», en una clara referencia a la posición reformista del president de la Generalitat, Ximo Puig.

Pero Aznar también tuvo críticas a la gestión de Rajoy, porque apeló a intervenir en otras materias como la educación, el sector público, la energía o las pensiones porque «no podemos seguir eludiendo reformas que siguen aplazadas, y en España no se hace ninguna desde hace cinco años». Para ello, pidió utilizar la política y los acuerdos entre partidos porque «aunque pueda sonar ilusorio, es difícil pero necesario».

Hubo una segunda referencia a su sucesor en la Moncloa y el modo de actuar frente al conflicto catalán: «Los problemas no se resuelven nunca solos», afirmó, y aseguró que Cataluña tardará mucho tiempo en recuperar su normalidad constitucional, y señaló que no puede haber diálogo con los dirigentes «que han protagonizado la rebelión».

València, ejemplo de cohesión

Aznar alabó la capacidad de los valencianos para desarrollar «sin fracturas internas sus singularidades culturales y lingüísticas» siempre con el objetivo de «integrar y cohesionar» alrededor de lo común. Sin embargo, el expresidente llamó a reforzar «los activos políticos e institucionales y sociales» porque la presión del nacionalismo «va a continuar» y tienen que asegurar que no habrá «ni ruptura ni enfrentamiento civil».