Podemos se enfrenta a los efectos de su relación híbrida con el Consell: socio del Pacte del Botànic pero ajeno a cargos ejecutivos. El posible caso de financiación irregular de las campañas electorales de 2007 que sobrevuela sobre PSPV y Bloc (principal partido de Compromís) ha generado en los últimos días un debate interno sobre «la agresividad» a la hora de afrontar el asunto, admiten dirigentes de la formación morada.

La lucha contra la corrupción es una de las cartas fundacionales de Podemos. Sin embargo, algunas voces han planteado que ahondar en la petición de responsabilidades a los socios del Botànic puede tener estratégicamente un efecto rebote negativo. Según esta línea argumental, dar alas a la consigna de que «todos los políticos son iguales» puede beneficiar sobre todo a Ciudadanos, e incluso al PP, cuyos votantes llevan años conviviendo con los escándalos de corrupción.

Para completar el contexto, las bases podemísticas acaban de abrir la puerta a un posible pacto electoral con EUPV y Compromís.

¿Dónde se sitúa en este debate el secretario general de Podemos en el territorio valenciano, Antonio Estañ? De momento, se decanta por la prudencia. Prefiere esperar al encuentro anunciado con responsables de PSPV y Compromís y a escuchar las explicaciones de estos. A partir de ahí, tomará una senda.

El debate interno coincide además con un momento importante en la estrategia de precampaña de Podemos. La formación está inmersa en la preparación de diez ejes programáticos sobre los que fundamentará su campaña para las elecciones autonómicas.

El decálogo, según ha podido saber este diario, incidirá en los avances del Consell en estos años y en los asuntos que considera que el ejecutivo de Ximo Puig y Mónica Oltra ha de acometer antes del fin de la legislatura.

La intención es presentar el proyecto en un acto público que tendrá lugar a final de mes. Sin embargo, todo se ve contaminado ahora por la investigación contra los socios del Botànic.