La Conselleria de Educación ha autorizado que el próximo miércoles 25 de abril un total de 162 colegios de Infantil y Primaria convoquen a las familias de sus alumnos para que voten el horario escolar de los próximos tres cursos. Solo cinco de estos colegios son concertados, con lo que la jornada intensiva que concentra las cinco horas diarias de clase de 9 a 14 horas sigue siendo una apuesta mayoritaria de la escuela pública mientras que los colegios privados sostenidos con fondos públicos prefieren el tradicional horario partido de mañana y tarde.

Este curso ya cuentan con jornada continua 522 de los 1.337 colegios de Infantil y Primaria de la Comunitat Valenciana, el 39 %, pero el reparto es muy desigual tanto por tipo de centro como por provincias. Desde que el departamento del conseller Vicent Marzà abrió la puerta a la jornada continua en 2016 más de la mitad de colegios públicos han adoptado este horario previa aprobación de la mayoría de los padres y madres de alumnos. Así, este curso 2017-18 son 504 de los 956 colegios y escuelas infantiles públicas (el 53 %) los que han incorporado la jornada continua. Sin embargo, en la escuela concertada la jornada continua sigue siendo marginal con solo 14 de 381 colegios, no llega al 4 %.

Por provincias, Alicante es un clamor en favor de la jornada intensiva con el 73 % de colegios que ya están en este horario, 341 de 468. En Castelló y València esta opción aún es marginal. En el norte de la Comunitat cerca de uno de cada cuatro colegios (24 %) tiene jornada continua, 44 de 180. En València son aún uno de cada cinco colegios (20 %), con 137 de 689.

Con las votaciones autorizadas ahora por la conselleria, tras aprobar los proyectos presentados, la mayor expansión de la jornada intensiva se dará en València con 135 colegios que piden este horario, solo uno de ellos concertados. En las elecciones del pasado curso los padres aprobaron el nuevo horario matinal en dos de cada tres colegios en los que conselleria autorizó las votaciones. En Alicante Educación permitirá votar a 28 colegios, cuatro de ellos concertados. En Castelló se votará en 22 colegios, todos ellos públicos.

La abstención de los padres equivale a respaldar el no

Las condiciones para aprobar la jornada intensiva no cambian, pues se mantiene la exigencia del 55 % de síes del total del censo de padres y madres. En la práctica, al primarse el sí sobre el total del censo en aras de la búsqueda del mayor consenso, la abstención equivale a respaldar el no. La gran novedad respecto al curso pasado es que la conselleria ha frenado que el colegio donde las familias no aprueben el cambio de horario pueda repetir año tras año la votación, lo que fractura la comunidad escolar. Ahora, tanto si se aprueba o no la modificación de la jornada escolar, no se podrá repetir la votación hasta transcurridos tres cursos.

El 26 de abril se producirá la remisión de los resultados del escrutinio de la consulta a las familias sobre la adopción del Plan específico de organización de la jornada escolar a la Dirección General de Política Educativa. Con ello, antes de que el próximo jueves 17 de mayo se abra el período de admisión del alumnado para el próximo curso 2018-9, todas las familias que busquen colegio sabrán que tipo de jornada escolar va a ofertar a partir de septiembre cada centro.

Las familias deben saber que los colegios con jornada intensiva están obligados ofertar una hora y media diaria actividades extraescolares para todos los alumnos, especialmente para aquellos niños cuyas familias no puedan recogerlos antes de las 17 horas. Estas deben ser con carácter general gratuitas, pero el próximo curso también podrán ser de pago si así lo acuerda el colegio.

Las condiciones que ha introducido la conselleria es que si el centro implanta extraescolares de pago deben ser a un precio máximo por alumno y actividad de 18 euros mensuales. No deberán tener carácter lucrativo. Es decir, que el colegio solo podrá repercutir a las familias el coste de la actividad. Además, no podrán excluir a ningún niño o niña «por motivos económicos». Para cumplir esto último, los becarios de comedor estarán exentos del pago. Por otra parte, el consejo escolar de cada centro estudiará la extensión de la gratuidad al alumnado no becario que esté en unas condiciones socioeconómicas desfavorables.