El proceso abierto por la Conselleria de Sanidad para contratar las pruebas de resonancia magnéticas con una empresa privada durante los próximos dos años -una vez acabe el actual contrato con Erescanner Salud en la mayoría de hospitales valencianos- está suspendido parcialmente hasta nueva orden.

Así lo ha dictaminado el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) en una resolución firmada el día 6 tras admitir las medidas cautelares solicitadas por el grupo médico IMED que ha presentado dos recursos contra los pliegos.

En ellos, la gestora del hospital de Burjassot y de varias clínicas en Alicante, asegura que en las condiciones del contrato se les «discrimina» por su situación geográfica ya que para los lotes de València y Alicante los pliegos solo permiten presentarse a empresas con algún centro en estas ciudades y los de IMED están, sin embargo, en sus áreas metropolitanas.

El tribunal entiende que, de seguir adelante sin estudiar la exclusión de IMED del concurso, podrían derivarse perjuicios «de difícil o imposible reparación», de ahí que suspenda provisionalmente el proceso. Fuentes del grupo médico aseguraron ayer que, pese a que se ha atendido su recurso, era momento de «ser prudentes». Desde Sanidad aseguraron que se trataba de un «procedimiento ordinario» por el que ya se había pasado en otras contrataciones.

Así, y hasta que no haya una resolución oficial, la contratación no podrá seguir aunque solo para estos dos lotes de los cinco en los que se divide la contratación: el 4 y el 5 correspondientes a los de mayor envergadura: València y Alicante.

Ellos se llevan tanto la mayor parte de los 8 millones de presupuesto anuales como la estimación más alta de pruebas a realizar: 47.568 en las siete áreas de València y 7.210 en las seis de Alicante. En total, Sanidad prevé desviar a la privada 124.000 resonancias en este periodo «puente» hasta que el sistema público sea capaz de asumir al completo el servicio de resonancias magnéticas.

La consellera de Sanidad, Carmen Montón, anunció que tras la finalización del contrato con la UTE Erescanner (participada por Eresa, Ribera Salud, Inscanner y Beanaca) este próximo mes de septiembre, las resonancias también volverían a lo público pero el plan para formar al personal se ha retrasado y tampoco estarán a tiempo los equipos extra que se van a comprar gracias a los 29 millones de euros donados por el magnate textil Amancio Ortega.

Los recursos de IMED podrían, de esta forma, complicar los planes de conselleria ante la próxima finalización del contrato con Erescanner: en septiembre acaba el acuerdo de 475 millones para gestionar las resonancias en 16 de los 24 áreas de salud.