Eva Verdejo, responsable del Departamento de Sostenibilidad y valorización industrial en el Instituto Tecnológico Aimplas, advirtió ayer sobre los riesgos de «generalizar» en relación al uso del plástico, culpando al material «de que aparezca donde no debe» y sobre el «error garrafal» de creer que sustituir todos los plásticos por materiales compostables «va a solucionar un problema ambiental que indudablemente existe».

La decisión de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de prohibir a partir del año 2020 la venta de los plásticos de un solo uso y otros productos no reciclables de este material ha añadido inquietud al sector, que lleva años trabajando en nuevos materiales y procesos, incluidos aquellos que pueden favorecer la recuperación del producto mediante su compostaje.

Recientemente lanzaba la campaña #NoCulpesAlPlástico para «explicar los beneficios de los plásticos con datos solidos y concienciar de la importancia de hacer un buen uso de estos materiales».

La decisión de Medio Ambiente viene precedida de la aprobación por la Comisión Europea de una estrategia común que persigue que todos los envases de plástico sean reciclables para 2030, que se reduzca el consumo de plásticos de un solo uso y se restrinja el uso de microplásticos.

Chelo Escrig , responsable del departamento de Extrusión en Aimplas y partícipe en varios proyectos de investigación, cree que es necesario estudiar «caso a caso» si existe una alternativa real al uso de plástico. «Ver que prestaciones tienen y qué uso van a tener porque no siempre va a ser adecuado».

En su opinión, existen ya materiales alternativos basados en productos que tienen un origen «natural», aunque advierte que no siempre son la mejor opción o la más sostenible.

El propio Aimplas, instituto tecnológico de referencia en España, investiga junto a universidades y empresas el desarrollo de materiales compostables «a medida» para envases, bolsas, vajillas de plástico, etc.

Al margen del ecodiseño en envases y del uso de nuevos materiales, Escrig cree una parte esencial del problema reside en gestionar «adecuadamente» los residuos, aprovechando su valor dentro de la economía circular y evitar que lleguen al medio ambiente.

El sector de transformación de Plástico y Caucho en la Comunitat Valenciana genera unos ingresos de explotación de más de 2.236 millones de euros.

Según datos de la Generalitat Valenciana, el sector del plástico reúne a 746 empresas, ocupa el 6º puesto en el ranking de sectores por cifra de negocios y genera aproximadamente un 2 % del PIB regional.