El Ilustre Colegio de Abogados de València (ICAV) acaba de celebrar las bodas de oro y diamante de los miembros más veteranos del colegio. "Es uno de los actos más entrañables", señalan fuentes del ICAV a Levante-EMV.

El decano del ICAV, Rafael Bonmatí, acompañado de los diputados de la Junta de Gobierno, recibieron a los letrados que cumplían 50 y 60 años en el ejercicio de su profesión, para rendirles reconocimiento a sus trayectorias profesionales. Bonmatí aseguró que "somos abogados porque estamos con las personas, hacemos nuestros sus apuros. Siguiendo esos valores que han inspirado vuestra larga trayectoria, esta Junta hace todo lo posible por dignificar el trabajo de abogado". Tras el discurso de bienvenida, los miembros de la Junta de Gobierno del ICAV procedieron a la entrega de las placas y las insignias correspondientes, a cada uno de los homenajeados.

El acto finalizó con el discurso de Vicente Escrivá, en representación de todos los letrados veteranos homenajeados. Escrivá afirmó que "ser abogado es un orgullo, y serlo durante 50 o 60 años, es todo un logro". El veterano letrado recordó las vicisitudes en las que trabajaban los miembros de su promoción, en la segunda mitad del siglo pasado. "Unos años en los que la no existencia de medios electrónicos, obligaba a la formación del abogado generalista", señala el ICAV. "Ahora ya no puede ser así, es necesario que nuestra profesión se especialice con el campo jurídico tan extenso que existe", aseguró Vicente Escrivá, quien finalizó agradeciendo a la Junta de Gobierno el homenaje de todos los colegiados que celebraban las bodas de oro y diamante.