El expresidente valenciano Francisco Camps pidió expresamente en una ejecutiva nacional del PP que el congreso de 2008 se celebrara en València.

Lo hizo, según el exministro de Interior en gobiernos de Aznar y secretario general entre 2004 y 2008, Ángel Acebes, porque ello le permitía ganar proyección por lo que tras aquel ofrecimiento existió una motivación política, admitió.

Acebes compareció ayer en las Corts Valencianes en la comisión de investigación de la gestión de los recintos feriales valencianos en los tiempos de gobierno popular. El exnúmero dos del PP negó cualquier responsabilidad sobre la factura de 578.000 euros que generó el congreso nacional y que el PP no abonó hasta ocho años más tarde.

Ni Acebes ni Valcárcel saben nada

Acebes aseguró que su responsabilidad era únicamente política y que las cuestiones de facturación de servicios eran del tesorero nacional, Luis Bárcenas.

Pero Bárcenas ya ha pasado por esta comisión de investigación. Allí señaló que tampoco era su responsabilidad ya que la dirección del PP valenciano en los tiempos de Francisco Camps iba a hacerse cargo del pago de la factura. También la tesorera regional aseguró en su momento que no era su responsabilidad. Lo mismo dijo el presidente del comité organizador de aquel congreso, Ramón Luis Valcárcel, que también compareció ayer en las Corts.

De todo ello lo que resulta evidente es que nadie en el PP tenía intención de pagar el coste del congreso. De hecho no lo hicieron hasta que un juez les obligó a abonar, ya con intereses, 625.000 euros. Con todo, Acebes aseguró no entender porque la comisión investiga una factura que ya está pagada y un hecho ya juzgado.

Rifirrafe por Rita Barberá

Acebes eludió toda responsabilidad por lo que la respuesta a todas las preguntas de Compromís, Podemos, Ciudadanos y PSPV fue siempre la misma. Sin embargo, sí se explayó cuando el diputado de Podemos Josep Almería se refirió a que la ampliación de la Feria fue un «capricho» de la exalcaldesa Rita Barberá, ya fallecida. Entonces, Acebes realizó un alegato sobre la figura de Barberá. «Fue una mujer honorable y decente, una persona que transformó esta ciudad, que aplicó un amplísimo sentido de la decencia en la vida pública y, por tanto, no acepto que nadie ponga en duda a una persona que ha sido ejemplar», dijo.