El puerto de València sigue siendo uno de los más atractivos para las redes mayoristas del narcotráfico que introducen en Europa cocaína a gran escala procedente de Suramérica. Así se desprende de la estadística de incautaciones en los muelles valencianos, donde han sido retirados del mercado ocho grandes cargamentos en los apenas cuatro primeros meses de 2018.

Los dos últimos, que suman 325 kilos más de ese estupefaciente, fueron retirados del mercado negro entre el lunes y el martes pasados. Agentes de la Guardia Civil y de Aduanas, a través de la Unidad de Análisis de Riesgos (UAR) en la que están integrados ambos cuerpos, detectaron el lunes un alijo de 250 kilos distribuidos en ocho mochilas dentro de un contenedor de pera fresca y el martes, otro de 75 kilos, repartidos en dos bolsas, en un envío comercial legal de pasas. Ambos procedían del puerto chileno de San Antonio, muy cerca de Santiago, la capital del país, tal como adelantó ayer en exclusiva Levante-EMV en su edición digital.

Los dos alijos llegaron por el método del gancho perdido, esto es, el sistema por el que los narcos introducen las mochilas con droga en contenedores que llevan mercancía legal, por lo que ni el exportador en origen ni el importador en destino conocen su existencia.