El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra ha sido firme al asegurar que la Constitución Española se encuentra "en muy buen estado" porque son documentos redactados para sobrevivir en el tiempo. El actual, que celebra este año su 40 aniversario, supone "mucho tiempo para la historia de España pero poco si se compara con otros países", señaló.

Pese a considerar que la Constitución está "viva" y es de las más modernas de Europa, Guerra ha reconocido que el sector que apoya la reforma de la Carta Magna "está en su derecho" aunque ha matizado que "siempre que sea para mejorarla y sabiendo ver las oportunidades", evitando cualquier tipo de razón "peregrina". Entre las razones que para el exvicepresidente no tienen fundamento se encuentra la que la califica de antigua, por lo que ha señalado que los que aluden a este argumento "son los mismos" que defienden la compilación de leyes de 1423 de Cataluña o los fueros del Reino de València de 1261.

Precisamente se ha referido al independentismo catalán como un movimiento "contraconstitución" y un acto de "irresponsabilidad". El exvicepresidente socialista lamentó que fueran en contra de un documento democrático, votado por la mayoría de un país en 1978, tras siglos de españoles "que hacían constituciones contra otros españoles".

Guerra, que fue vicepresidente del Gobierno entre 1982 y 1991, ha participado en el ciclo de conferencias que ha organizado el Colegio Notarial de Valencia con motivo del 40 aniversario de la aprobación de la Constitución de 1978. Su ponencia se ha titulado «El régimen constitucional de 1978», y ha analizado los primeros años de aplicación de la carta magna tras la dictadura.

"Pretendió y consiguió el consenso de un país", señaló Guerra, en cambio, ahora hay movimientos que quieren asemejarla a la de países "caribeños" con un estado "populista", en un alegato a Podemos, mientras otros quieren "fragmentarla", en referencia al separatismo catalán, posturas que distan mucho de la Constitución democrática, y ha añadido que son los que quieren volver a una etapa de "guerras civiles" que terminó en 1978 con esta carta.

El exvicepresidente no ha querido entrar a valorar la gestión del gobierno de Mariano Rajoy al frente del conflicto catalán, pero sí que ha subrayado que el Gobierno tiene que velar "por las libertades" y saber que los españoles "tienen derecho a marcar su futuro", una responsabilidad que tienen que asumir "con toda la claridad".