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El círculo perfecto

Camino de ida y vuelta para el vidrio

En la Comunitat Valenciana 22 compañías se dedican a la recogida del vidrio depositado en los iglús por los ciudadanos

Camino de ida y vuelta para el vidrio

La historia del vidrio que reciclan los valencianos podría comenzar en el iglú verde donde depositan los envases usados y desde donde los residuos iniciarán un largo viaje, generalmente sin salir de la Comunitat Valenciana, antes de volver a sus casas como una botella.

Sin embargo, el circulo virtuoso, la perfecta economía circular del vidrio podría decirse que comienza en un denso pinar de Sinarcas donde hace años las compañías mineras solicitaron permiso para extraer sílice, la materia prima de la que se extrae el material del que se hacen las botellas.

La larga y sólida trayectoria del reciclado del vidrio en la Comunitat Valenciana -en 2018 se cumplen 20 años desde que los gestiona Ecovidrio y antes lo hicieron los propios fabricantes de envases (Anfevi)-, ha evitado la apertura de muchas minas a cielo abierto.

Gracias al material recuperado por los valencianos (apenas 8,2 kilogramos por habitante en 1998 y 16, 7 kilos en 2017), este año se incorporaban de nuevo al sistema 87.815 toneladas de vidrio que han hecho innecesario extraer 105.378 toneladas de sílice en minas como la que se proyectaba en Sinarcas.

El viaje perpetuo

En la Comunitat Valenciana hay 23.744 contenedores para depositar los envases de vidrio (uno por cada 208 habitantes) en los que los ciudadanos depositan una media de 64 envases al año. Cada pocos días, un camión dotado de un diseño específico vacia los típicos iglús y los transporta a plantas de tratamiento como las que existen en Sagunt y en Caudete, un pueblo de Albacete con alma valenciana.

Lo que en otros materiales es un residuo, en el vidrio los restos son un recurso. Economía Circular en estado puro desde hace décadas, mucho antes de que Europa intente trasladar el proceso a otros materiales.

Fernando Gómez, de Camacho Recycling, una firma especializada en la recogida selectiva y reciclado de vidrio para aplicaciones industriales, asegura que alguna mejoras introducidas en el proceso gracias a la investigación realizada por la empresa ha elevado del 92 al 97 % el porcentaje de vidrio que se recupera. «El 3 % restante no se tira: un 1,25 % son materiales aprovechables como metales o plástico y el 1,75 % restantes se una como combustible en la valorización energética.

Una vez molido y limpio de impurezas, el calcin resultante vuelve a ser una materia prima de gran calidad equivalente al sílice. A unos metros de la planta de Camacho Recycling, que utiliza el calcín para hacer también pavimentos, filtros de piscinas, hormigones y revestimientos mientras investigan sobre nuevos usos, hay fabricantes que convierten este material en botellas y recipientes.

Según fuentes de Ecovidrio, hay 8.000 compañías en España, de ellas 108 en la Comunitat Valenciana, que compran los envases para introducir en ellos alimentos o bebidas de todo tipo. Son los que financian todo el sistema de recogida a través del «punto verde» primando la recuperación de material y reforzando toda la cadena del reciclaje. Muchos de ellos investigan cómo diseñar envases más sostenibles todavía.

El ciclo no acaba con el consumo del vino, la cerveza o el agua contenida en una botella, sino que comienza de nuevo cuando el consumidor responsable lo deposita de nuevo en el iglú correspondiente.

Dos empresas valencianas son las fabricantes en España del recipiente específicamente diseñado para la recogida de vidrio, el iglú verde, que en los últimos años ha sufrido una ligera modificación para facilitar el reciclaje en la hostelería, donde se genera el 50 % de los envases de vidrio de un solo uso que se ponen en el mercado.

En la actualidad, 4.518 establecimientos hosteleros colaboran con Ecovidrio en la recogida de envases y la entidad «sin ánimo de lucro», como recuerdan, ha repartido en el sector 1.878 cubos específicos para facilitar la recogida de vidrio en el sector.

La tasa de reciclado de vidrio en España se sitúa en torno al 74 %, lo que es un buen indicador incluso en términos europeos. Sin embargo, Ecovidrio cree que es posible mejorar estas cifras y además de desarrollar campañas teledirigidas como la de la hostelería intenta movilizar a la ciudadanía con acciones de concienciación.

El primer ayuntamiento que firmó un convenio para recoger los envases para Ecovidrio fue Cofrentes en el 2001. Entonces cada valenciano depositaba una media de 31 envases al año. Ahora son ya 64 y con tendencia a aumentar.

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