La suspensión del servicio de recogida de la basura desató ayer una tormenta política en la Vall d'Albaida que derivó en un cruce de acusaciones entre el PP, PSPV Los populares aprovecharon la crisis para arremeter contra el PSPV por su gestión al frente de la Mancomunitat y pidieron responsabilidades tras censurar «que la comarca se convierta en un vertedero» pese a que los vecinos «pagan religiosamente los recibos».

Compromís reprochó a los dirigentes del organismo la «falta de previsión» y «que no informaran en tiempo forma» a los ayuntamientos sobre el ultimátum de Recisa, para darles un margen de maniobra.

Las alusiones a la deuda que arrastra desde hace más de diez años Albaida por parte de la Mancomunitat (es el municipio que más pasivo acumula), molestaron al alcalde de esta localidad (Compromís), que recalcó que su consistorio cumple con el plan de pagos establecido y culpó de la situación al litigio con el Consorcio de Residuos los sobrecostes por el desplazamiento de la basura a Ròtova, pendiente de los tribunales.

Por su parte, el PSPV censuró la «deslealtad» de Compromís y PP. La secretaria socialista comarcal, Rebeca Torró, respondió que «el problema no es de incumplimiento del pago de la deuda heredada».

«La empresa tendría que explicar por qué en otros momentos con más deuda y en plena crisis no adoptó esta medida que afecta a la salubridad de los ciudadanos y lo hace ahora con menos deuda y en plena negociación con los gestores de la Mancomunitat, que no son los responsables de esta herencia envenenada», apostilló.

Fuentes del organismo sostienen que el problema de la deuda «está en vías de solucionarse» tras reducirse en medio millón de euros y recalcan que, desde el comienzo de la legislatura, se han abonado 6,4 millones a Recisa.