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Entrevista

Manolo Mata"El Botànic ha gestionado cerca de 60.000 millones y no hay ni un caso de corrupción"

Defiende una reedición en 2019 del pacto de la izquierda y no contempla un escenario en el que Puig no sea de nuevo presidente de la Generalitat

Manolo Mata"El Botànic ha gestionado cerca de 60.000 millones y no hay ni un caso de corrupción"

El político de los calcetines llamativos (hoy tocan amarillos) pasa como un rayo por los pasillos de las Corts camino del hemiciclo: es día de pleno, ha salido a realizar unas declaraciones, se acerca la hora de votación y le avisan de que debe regresar. Minutos después, ante un café con hielo (pasa de largo ante un local de franquicia en busca de uno relativamente autóctono), responde a Levante-EMV.

P Hace un año decía que era capaz de liarla parda en cualquier momento. ¿No ha encontrado motivos para hacerlo?

R Qué va. Al revés, cada vez estoy más orgulloso de lo que hacemos y de la relación con Ximo Puig.

P Un idilio en toda regla.

R Sí. Nos conocemos superficialmente durante 30 años. Hemos profundizado ahora y yo, que digo que los amigos los cuento con los dedos de una mano, digo ahora que uno es para Ximo para siempre. Pase lo que pase.

P ¿No le ha dado por liarla parda con el lío actual por la financiación del PSPV?

R No, porque estoy convencido de lo que digo. Hay una denuncia segmentada, porque se excluye maliciosamente que Crespo Gomar era una empresa muy famosa que trabajaba con el PSPV y con el Bloc, pero también con Canal 9, con Dénia y con empresas importantes como Carmencita o Llanera. Decir que una constructora pagó alguna factura del PSPV me parece poco verosímil porque no podían obtener nada a cambio. Tampoco me parece verosímil que el Ministerio de Vivienda o el de Sanidad, cuyas adjudicaciones las hacen interventores y técnicos del Estado, se vean sometidos a una influencia política. Por eso estoy tranquilo.

P ¿Incluso ahora que van catorce imputados? ¿Insiste en que no hay trama?

R Si hubiera una trama la trataría un juzgado o el Supremo. Es como si la empresa Shackleton, que ha hecho las campañas de Rajoy de 2015 y 2016, resulta que Loterías le ha dado 24 millones, Aena, seis y Renfe, cinco. ¿También son sospechosas? Confío en que la investigación se haga rápido y si alguien ha hecho algo mal, lo pagará.

P Hay informes de la Intervención del Estado que detectan un puñado de irregularidades en los contratos de ministerios.

R Es curioso. El juzgado pide a la Intervención un dictamen, pero los interventores de los ministerios de Sanidad y Vivienda son los garantes de que se haya hecho bien, porque están en la junta de contratación. Si Intervención dice que sus subordinados lo han hecho mal, habrá que investigar eso y depurar responsabilidades. Yo tengo mis dudas, insisto.

P Pero si dos empresas (como las de Benidorm Hospimar y Quick Meals) pagaron actos del PSPV en lugar de dar dinero al partido si querían colaborar, ¿eso no es financiación ilegal y no una práctica incorrecta?

R En aquella época el gerente de Hospimar, por ejemplo, fue candidato del PSPV y a lo mejor hubo dos empresas que quisieron colaborar en cantidades nimias con la campaña electoral. La ley les permitía hacer donaciones y desgravarlas. Si eligieron la vía de pagar unos actos fue un error manifiesto.

P ¿Ha sido la peor vía de agua a tapar que se ha encontrado?

R La más dolorosa, porque hemos llevado la bandera de la lucha contra la corrupción. Me emocionó que cuando se destapó esto Ximo (Puig) me enviara un wasap para decirme que me quedara tranquilo porque en su época y en su administración nunca ha habido nada de esto y nunca lo habrá. Es doloroso también porque hace daño al Botànic, que ha gestionado cerca de 60.000 millones de euros, ha hecho centenares de nombramientos y no hay ni un caso de corrupción. Eso es para enorgullecerse.

P ¿El caso es una gran contribución a que se piense que todos los partidos son iguales?

R Es lo que más daño hace. La derecha quiere deteriorar la vida política pensando que todos son iguales. La emergencia de los partidos nuevos tiene mucho que ver con eso. Ciudadanos se frota las manos, e incluso Podemos.

P Los socios les piden medidas contundentes y ejemplarizantes. ¿Agustín Navarro, Tíller y Orengo pueden ser los afectados?

R Si hay algo, se tomarán medidas. Tienen el ejemplo de Alicante. ¿Qué partido actúa ante algo como un fraccionamiento de contratos? Hay juzgados que están investigando cosas similares de Pere Fuset o María Oliver. Lo hicimos en Alicante y a sabiendas de que nos costaba la alcaldía.

P ¿No echa en falta explicaciones del líder de entonces, Joan Ignasi Pla?

R He hablado por lo menos cinco veces con él de este tema.

P Pero públicamente no ha dicho nada.

R La situación es complicada porque se dedica a la actividad privada. Etelvina (Andreu) tampoco entiende qué está pasando y cómo ocupa portadas cuando se dedica a la ciencia otra vez y su paso por la política fue coyuntural.

P ¿Qué le dice Pla?

R Que contratan a Crespo Gomar porque clientes de esta son amigos suyos y le dicen que Pepe Crespo es un gran comunicador. De lo demás, no sabe nada. Gomar, sí, es hijo de un teniente de alcalde socialista de Gandia, pero es también el íntimo amigo de Torró (exalcalde de Gandia del PP) y a quien este le da después contratos por más de dos millones.

P Hablando de Gandia. ¿A qué atribuye tanto interés en Orengo? ¿Tanto peso real tiene en el partido y en el Palau de la Generalitat?

R Es una persona extraordinariamente inteligente y con una visión interesantísima de cómo ordenar la sociedad. Para mí, no es ningún chorizo. Torró ha mirado debajo de todas las alfombras y no ha podido sacarle nada.

P ¿A usted Orengo le sobra como asesor de Puig?

R No. Podría tener otras opciones personales y lo hace en parte por lealtad. Coordina bien equipos y tiene intuición política.

P A la vista de la pérdida de la alcaldía de Alicante, ¿se precipitaron en forzar la dimisión de Echávarri sin tener asegurada una mayoría para el relevo de Eva Montesinos? ¿No han estado bisoños?

R Una y mil veces no. Éramos conscientes de lo que pasaba. Algún día se sabrá qué había detrás de esta operación.

P ¿Usted lo sabe?

R No. Hay tantos intereses económicos en una gran ciudad que se organizan tres o cuatro empresarios de peso y no hace falta ni que se lo digan al PP. Buscar una excusa para no apoyar una candidatura de progreso cuando has ido en la lista de Podemos tiene un trasfondo. Ya averiguaremos cuál. Pero el riesgo estaba ahí. Gabi (Echávarri) alertaba , hasta que él mismo se dio cuenta de que se tenía que ir. Lo que había era una crisis política, porque él no había sido capaz de generar empatías con sus socios de gobierno ni con nadie y ese es el precio que ha pagado. Nadie le quiso ayudar. Pero en fin, lo volveríamos a hacer. El poder no justifica todo.

P ¿Entiende el enfado y la reacción posterior de Ángel Franco?

R Es un militante de base.

P ¿Solo militante de base y tanto revuelo es capaz de montar?

R La gente le ha puesto el sambenito de que manda tanto. Fue muy imprudente que la dirección de Alicante intentará la sustitución de Eva Montesinos con el argumento de buscar a alguien que empezara de cero. Pero valoro la rectificación que hicieron de esa decisión, que me pareció desacertada.

P ¿El número dos del PSPV tiene más aspiraciones de ser número uno que hace un año o menos visto lo visto?

R Jamás. Estoy comodísimo en lo que estoy. El Parlamento me vuelve loco y los pobres gobernantes son los que están en la picota de las acusaciones y tienen la esclavitud de la gestión pública, que yo no tengo, así que estoy muy feliz.

P Incluso defendiendo leyes que le parecen una barbaridad.

R Ese es el juego de la nueva política. Dicen que ellos van a tener soluciones mágicas. Al final, como les recuerdo a menudo, la democracia les ha cambiado más a ellos que ellos a la democracia. La política es tan atractiva porque es tan complicada y con tantas variantes que cualquier innovación tiene sus riesgos. Eso es lo que me esfuerzo en poner de manifiesto. Aunque también es verdad que me arrumbo a los nuevos tiempos y me modernizo rápidamente.

P ¿Cómo define su relación con el número dos del PSOE, José Luis Ábalos?

R Lo conozco 35 años. Una vez me dijo la suerte que había tenido él de perder contra Pla y la que había tenido yo de perder las primarias, porque si no ahora estaríamos en nuestra casa. Me llevo muy bien.

P Desde esa visión ambos están en el paso previo a salir de escena ahora que triunfan.

R Es evidente. Cuanto más alto sube uno, lo único que puede hacer es caer. Él ha sido muy constante y ha arriesgado cuando tenía que hacerlo. La apuesta por Pedro Sánchez no la hizo casi nadie en España. Incluso yo la hice con un coste moral y personal duro. Pero la hicimos desde la convicción.

P Ábalos dijo hace unos días que el nacionalismo es lo opuesto de la izquierda por insolidario y excluyente. ¿Encaja ese mensaje con el discurso del PSPV?

R La izquierda nunca es nacionalista. Yo no soy nacionalista ni nunca lo he sido. Y me encanta oír a Mónica Oltra decir lo mismo. Otra cosa es que la configuración del Estado se ha articulado de tal manera que tenemos unas autonomías que soportan tres patas del Estado del Bienestar, que reivindican su cultura y que hay que buscarles un encaje se llamen naciones o lo que sea, de modo que se garanticen 50 años de paz. Eso con Cataluña no se ha conseguido. Sin ser nacionalista uno puede creer en un Estado federal y descentralizado.

P ¿Y sin ser nacionalista se puede reclamar más autogobierno?

R Es que el autogobierno hoy es más difícil de reclamar porque ya no hay competencias a las que aspirar. ¿Qué nos quedaría? ¿Prisiones? A nadie le arriendo la ganancia. Siempre he pensado que no debemos reivindicar la Seguridad Social. Estamos bien con las competencias que tenemos, lo que no tenemos es dinero para financiarlas.

P ¿Y el PSPV está bien de competencias con respecto a Ferraz, porque han pedido una mayor capacidad de autogobierno en sus nuevos estatutos?

R Ahí sí creo que lo que queremos para el Estado tiene que reflejarse en el partido. La autonomía de las federaciones ha de incrementarse. No podemos sufrir un proceso de recentralización como el que criticamos en el Estado.

P ¿Le gustó la decisión de Pedro Sánchez de apoyar el 155?

R No. Pero la responsabilidad era de Puigdemont. Si hubiera convocado elecciones como prometió a Iceta y a Ximo probablemente el 155 nunca se hubiera aplicado. Seguro que a Sánchez tampoco le gusta el 155.

P ¿Cree que la supervivencia del Botànic está garantizada hasta el 26 de mayo de 2019?

R No tengo ninguna duda. Por mucho que todos, y me incluyo, hagamos cálculos de qué nos puede interesar más, hay algo más importante: no podemos ser un paréntesis entre dos arrolladoras victorias de la derecha. Y los dirigentes de Compromís y Podemos son conscientes. Hemos tenido suerte para este grado de encaje.

P ¿Dónde está el misterio?

R Creo que en la personalidad. Montiel era un dirigente cívico y un gran abogado con el que todos teníamos alguna relación, ahora ha llegado Estañ y creo que está entendiendo la importancia de su misión en términos históricos. Ojalá repitamos los mismos números que tenemos ahora.

P ¿No se prepara para unos presupuestos de 2019 sin Podemos?

R El presupuesto siempre tiene variantes que hacen que merezca la pena aprobarlo. Nadie querrá asumir la responsabilidad de que no salga una medida que beneficie a miles de valencianos.

P Las encuestas dan una buena resistencia del Botànic. ¿Hay que ir poniendo las bases a un nuevo pacto con Compromís?

R Ojalá, pero como el Cholo, partido a partido. Primero, que el Botànic se consolide y seamos capaces de articular otro, sabiendo donde hemos acertado y donde nos hemos equivocado.

P ¿Le preocupa un pacto Compromís-Podemos-EU que dé la mayoría de la izquierda a Oltra?

R No. Me preocupa porque en términos numéricos se ve que es una opción mala, porque hay votantes de Compromís que no aceptarían ir con Podemos y EU, y al revés.

P Supongamos que Compromís logra más escaños que el PSPV. ¿Ve a Puig aceptando ser vicepresidente de un Consell de Oltra?

R Eso no lo sé. Es un escenario que no contemplamos. No estamos por la guerra del quién, sino por la del qué. Ya lo dibujó Mónica muy bien. Creo que las fuerzas internas de Compromís saben que el qué es tan importante que vale la pena continuar ocho años como estamos. A nadie le resultaría incómodo.

P ¿Con Puig de presidente y Oltra, de número dos?

R Ximo aporta una conexión con los poderes económicos y la derecha valenciana al menos de respeto institucional que hace de colchón para que no haya tanta agresividad. Y eso le conviene a todas las fuerzas políticas. Así que multipliquemos el esfuerzo durante ocho años.

P ¿Cierra la puerta a una posible alianza postelectoral con Ciudadanos?

R Lo deseable es continuar con lo que tenemos. Lo que me da miedo de verdad es que Ciudadanos pueda elegir, porque querrá decir que la derecha es muy sólida.

P Si Ferraz le llama para pedirle que se presente a las primarias para ser el candidato en València, ¿qué haría?

R Apoyé a Sandra Gómez en València hasta el último minuto y creo que la labor de los cinco concejales es espectacular. Yo no me quiero presentar a ningunas primarias. El partido decidirá quiénes son los mejores candidatos, pero yo no me voy a presentar.

P ¿La pujanza de Cs le lleva a pensar que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer?

R Yo tengo muchas incógnitas sobre ellos. No tienen grandes cuadros ni grandes ideas. Hacen un gran ejercicio de democracia demoscópica con una estructura muy vertical y centralizada. Eso de pedir lo nuevo y sin contaminar nos puede llevar a un desastre.

P En fin, qué difícil es estar en el poder, ¿no?

R La liturgia del poder no me interesa nada, pero estar en el espacio de decisión, sí. Y eso tiene que ver muchas veces con el azar y la coyuntura. Se toman decisiones muy importantes sin tener todos los elementos.

P Es mucho más estético ir a la contra.

R Y más divertido, con más público y fans.

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