Un grupo de personas "adheridas" que militan directamente en la coalición Compromís, formada por el Bloc Nacionalista Valencià, Iniciativa del Poble Valencià y Els Verds, han asegurado estar "hartos de estar en un limbo democrático" como Compromís y por ello pasarán a militar en el Bloc, el partido mayoritario de la coalición.

En concreto, se trata de diversas representantes políticas de la coalición, como la diputada de Compromís en las Corts Valencianes, Marian Campello; la concejala del Ayuntamiento de València, Isabel Lozano (de las primeras afiliadas a Gent de Compromís); la alcaldesa de Gata, Magda Mengual; la concejala del Ayuntamiento de Picanya, Alba Encinas, o la de Ondara, Mar Chesa, entre muchas otras, darán el paso en los próximos días.

Este "trasvase" de militantes llega en un momento complicado para el partido que está siendo investigado y puesto en el punto de mira por las acusaciones de financiación ilegal en las elecciones de 2007.

"En el momento en el que entramos a participar teníamos órganos de participación y representación en todo el territorio valenciano, donde nuestra voz y nuestro voto contaba. Ahora, tres años después del último Consell General de Compromís - máximo órgano de participación democrática de la coalición - vemos cómo nuestra participación ha quedado prácticamente reducida a una obligación: el pago de la cuota", explican.

El Bloc ha mostrado desde el principio una actitud más cercana y una mayor voluntad de resolver la situación de este colectivo. Al menos así lo reconocen gran parte de las personas que han decidido pasar a militar en el partido liderado por Águeda Micó. "Siempre hemos sentido más empatía por su parte y una voluntad más clara de buscar nuestro encaje en la coalición, aunque los frutos al final hayan sido, hasta el momento, inexistentes", se lamentan.

Reconocen que ese trato diferencial durante los últimos años no ha sido el único motivo por el que han optado por el Bloc. "Mientras que nosotros no tenemos mecanismos para elevar nuestras propuestas o sugerencias a nivel supramunicipal, en el Bloc existen sistemas que permiten que cualquier militante de base del pueblo más pequeño pueda llevar su voz al Consell Nacional, el máximo órgano entre congresos", reconocen.

"Cuando entramos en Compromís asumimos que lo hacíamos en condiciones diferentes a la de los tres partidos fundadores, pero el deterioro de nuestros derechos, de nuestra capacidad de interlocución con los órganos de representación interna ha sido progresivo desde entonces. Lamentamos que se haya llegado a esta situación de menosprecio hacia cientos de militantes que hemos trabajado desde el principio por el proyecto, y seguimos haciéndolo, codo con codo con el resto de compañeros y compañeras militantes de los partidos de la coalición".

"Sentimos que nuestra contribución oficial se limita únicamente a pagar y asumir. Nunca entramos como personas "independientes" sino como militantes directos de Compromís". Respecto a su participación en el ámbito municipal reconocen que, aunque hay excepciones, "nuestros derechos en los colectivos locales son prácticamente equiparables a los de la militancia de los partidos", pero añaden que estos derechos se sustentan en la buena voluntad de las ejecutivas de los diferentes partidos fundadores.

Aseguran que no hay estautos reales "que nos reconozcan porque Compromís, como coalición que es, no tiene estatutos. Preferimos militar en una formación en la que nuestros derechos se equiparen a nuestras obligaciones, con garantías. Por eso vamos a solicitar la "portabilidad" al Bloc".

Así es como en Compromís se refieren al flujo de militantes entre los diferentes partidos de la coalición. Aunque este no es un fenómeno novedoso, seguramente es la primera vez que existe un trasvase tan elevado de militancia entre las diferentes organizaciones que la integran.

"Creemos más que nunca en el proyecto político de transformación desde el valencianismo de izquierdas, feminista y ecologista que representa Compromís, por eso queremos seguir trabajando en él con la misma intensidad, eso sí, con garantías para la toma de descisiones y desde la participación orgánica plena", concluyen.