Cada celebración de la Guardia Civil lleva indisolublemente aparejado el acto en homenaje a los agentes caídos en acto de servicio, pero el de ayer, con motivo del 174 aniversario de la fundación del instituto armado -13 de mayo de 1844- tuvo un significado especial: es el primer acto público tras el final definitivo de ETA, la banda terrorista que asesinó a 243 guardias civiles en sus 60 años de sangre y dolor.

Para ellos tuvieron palabras el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, que presidió el acto, y el teniente coronel José Luis Carro Méndez, homenajeado ayer por su jubilación.

Carro Méndez envió «un recuerdo intenso y emotivo para los compañeros asesinados por ETA» y pidió a los que aún continúan en activo «perseverancia en buscar la excelencia» en su trabajo.

El delegado del Gobierno, por su parte, centró todo su discurso en agradecer a la Guardia Civil los servicios prestados a lo largo de su dilatada historia e hizo especial hincapié en rendir homenaje a esos 243 agentes asesinados por la banda terrorista, cuya disolución definitiva llegó el pasado 3 de mayo.

«ETA ha sido derrotada policial, política, judicial y socialmente. Siempre estaremos en deuda con la Guardia Civil» por su contribución a esa derrota y por los muertos en sus filas -es el cuerpo policial con más asesinados por ETA-, que enmarcó en la «disciplina, vocación de servicio público, capacidad de sacrificio, sentido del honor y lealtad» que constituyen, dijo, sus «valores y esencia». Recordó también con «respeto, gratitud y solidaridad» a los guardias civiles atacados en Cataluña, Alsasua y Algeciras.

Moragues no quiso cerrar su alocución, ausente de cifras de criminalidad en contra de lo habitual, sin presumir de la equiparación salarial firmada por el Gobierno al que representa, del que dijo sentirse «orgulloso por que haya cumplido» con esa promesa.

El general José Hermida Blanco, máximo jefe del Cuerpo en la Comunitat Valenciana, fue el encargado de realizar un repaso por estos 174 años de historia para llegar a la conclusión de que sus valores de la fundación siguen más vivos que nunca por mucho que se hayan multiplicado los escenarios de actuación, repartidos «por tierra, mar, aire y ahora también en el ciberespacio». Incidió en que su máxima misión sigue siendo el «servicio al ciudadano, pero sin olvidar quiénes somos y de dónde venimos».

Hermida fue precisamente uno de los condecorados ayer, al serle impuesta la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo por parte del teniente general Francisco José Gan Pampols, jefe del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad. Junto a Hermida, recibieron medallas y distinciones un teniente coronel, una comandante, un capitán, dos tenientes, tres subtenientes, un sargento primero, dos cabos primero y 21 guardias civiles.

También fueron distinguidos con la medalla al mérito de la Guardia Civil con distintivo blanco el decano del Colegio de Detectives de la Comunitat Valenciana, Octavio Morellá; a la juez de Instrucción 1 de Sueca, Clara España; al coordinador de seguridad de Bankia, Álvaro Mulas; y el teniente coronel de la UME, Javier Moreno. La cruz de plata del Cuerpo fue para el general Fernando García Vaquero, jefe del Estado Mayor del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD).