El expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro de Trabajo Eduardo Zaplana está en prisión tras ser detenido por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil como presunto autor de varios delitos económicos, entre ellos el blanqueo de capitales.

Al también exportavoz del Gobierno se le acusa de tener más de 10 millones de euros en dinero negro que habría tenido escondido durante años en paraísos fiscales. Los investigadores creen que al menos 6,4 millones pertenecen a mordidas que cobró, presuntamente, de dos sobrinos de Juan Cotino, expresidente de las Corts Valencianes y exconseller, que también fueron detenidos en el marco de la Operación Erial.

Zaplana está acusado de tejer una red internacional para blanquear ese dinero opaco, cobrado, supuestamente, mediante mordidas recibidas a cambio de la adjudicación de contratos de manera irregular. Entre las adjudicaciones sospechosas están las de la concesión de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en 1997 y la del Plan Eólico valenciano en 2002. En ambos casos, la familia Cotino se llevó una buena parte del pastel.

Entre los detenidos en la Operación Erial están los hermanos Vicente y José Cotino Escrivá, que quedaron en libertad tras prestar declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción nº 8 de València y el Fiscal Anticorrupción. Su tío, Juan Cotino, fue interrogado por los investigadores de la UCO y en los próximos días lo será por la jueza encargada del caso. Asimismo, Rosa Barceló, la mujer del exministro, también prestará declaración en breve como investigada en la Operación Erial.