Uno de los escoltas del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, estaba la semana pasada en su gimnasio, cerca de la calle Manuel Candela de València, cuando tuvo una intervención providencial y salvó la vida de una joven de unos 25 años quien, mientras corría en la cinta, sufrió una parada cardiorespiratoria.

Por suerte, el policía autonómico se percató de inmediato de que además, llevaba marcapasos; procedió a realizar las maniobras de

recuperación adecuadas para estos casos y evitó que la atendieran con un desfibrilador, lo que habría sido fatal. La difícil situación acabó en final feliz y, tras casi 10 angustiosos minutos, la joven recuperó la consciencia.

El fiel escolta, que ya lo fue de Joan Lerma, cumple justo ahora 25 años de servicio y fue ayer condecorado por el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, por sus años de servicio como miembro fundador y del cuerpo de la policía autonómica al servicio de la Generalitat.