Hartas de que la gente tenga en la retina la imagen de la «enfermera sexy», la de la enfermera con cofia pidiendo silencio y la de la chica joven supeditada a las decisiones de un médico hombre. Esta es la queja que han lanzado desde el sindicato de Enfermería Satse que ha puesto en marcha una campaña con la que buscan romper con los estereotipos en torno a su trabajo: ni son todo mujeres, ni el trabajo es vocacional ni sus tareas son subordinadas.

«Ejemplos los tenemos en la televisión, en cartelería y hasta en bolígrafos en venta en grandes cadenas», ha lamentado esta mañana la secretaria general autonómica del sindicato Satse, Mª Luz Gascó.

Los estereotipos a combatir no son nuevos pero ahora quieren plantarles cara «y romperlos» en cohesión «con los movimientos sociales a nivel mundial de defensa de las mujeres», porque es «un problema de género», explica Gascó. «A ningún compañero enfermero le intentan llamar por los pasillos diciendo ¡eh moreno!, o ¡eh, rubio! A nosotras sí. No podemos tolerar estas prácticas», según la secretaria general del sindicato.

La percepción de que algo no anda bien con la imagen que tiene la población sobre los enfermeros es algo compartido por los propios profesionales. Según una encuesta elaborada por el sindicato, ocho de cada diez enfermeros valencianos cree que aún persisten estereotipos sexistas y retrógrados vinculados a las enfermeras y nueve de cada diez cree que estos son, además, un obstáculo para el desarrollo de la profesión.

Esta identificación machista del trabajo de enfermera «eclipsa» la preparación universitaria que se tiene y empaña la relación con los pacientes e incluso con los compañeros. «Yo eso lo he sufrido en mis carnes pero estamos en el siglo XXI y hay que decir basta ya», ha asegurado Gascó que cree que este sesgo se da más entre pacientes y familiares que entre, por ejemplo, médicos «pero también existe».

«Yo lo he sufrido con médicos de más edad, espero que ahora las nuevas generaciones mantengan otras actitudes pero por parte de pacientes y familiares también pasa con las doctoras. A las mujeres aún nos queda un largo camino», ha añadido la secretaria autonómica. En este sentido Gascó ha animado a sus compañeros a denunciar cualquier actitud sexista, denigrante u ofensiva que pudieran recibir aunque reconoce que solo se denuncia «lo muy grave, si se hiciera con todo sería una barbaridad».

La encuesta refleja esta realidad, tres de cada diez enfermeras encuestadas asegura haber sufrido comentarios ofensivos y seis de cada diez profesionales conoce a algún compañero o compañera que los ha sufrido. «Actitudes de los médicos pocas se denuncian por no entrar en conflicto con los compañeros».

Mensaje a la consellera: coherencia

El compromiso de la Conselleria de Sanidad también ha sido puesto en cuestión desde el sindicato, precisamente, por una cuestión «menor». «Tenemos una consellera defensora de la mujer a ultranza que ha impulsado el primer plan de igualdad pero siguen manteniendo, aunque se lo hemos pedido muchas veces, el cartel de la enfermera con cofia pidiendo silencio. La coherencia hay que tenerla para todo», advirtió Gascó a la consellera Carmen Montón.