Los brigadistas de Divalterra secundaron ayer una concentración frente a la Diputación de València que organizaron CSIF y CC OO para exigir «respeto» y evitar la vinculación con la «mala gestión» de la gerencia en la que antes fue Imelsa, entidad ahora investigada en los juzgados por supuesta malversación.

Desde CSIF se puso el acento en que la corporación debe «dignificar» las condiciones laborales y, en caso de no hacerlo, aseguraron que seguirían las protestas.

En CC OO hilaron más fino y reclamaron «incrementos salariales» para los brigadistas, ya que alegan que trabajan más de diez horas diarias y sus nóminas rebasan por poco los mil euros. Además, apuntaron a las «pocas medidas de seguridad» con las que cuentan día a día los 560 brigadistas forestales que hay en plantilla, aunque a la concentración solo asistió una veintena.

Sin embargo, las reivindicaciones sindicales se encontraron con la postura en contra de UGT, quienes optan «primero por el diálogo y luego por la confrontación». Además, culpan a CSIF de ser «los responsables de la firma del actual convenio colectivo y su posterior renovación», por lo que UGT no entiende «que los colaboradores de las anteriores direcciones de Imelsa sean los más reivindicativos en Divalterra».