La soledad en la que murió María Amparo Plaza, cuyo cadáver fue encontrado momificado el pasado lunes por la tarde en su domicilio del valenciano barrio del Cabanyal después de más de cuatro años sin noticias de ella, ha puesto de relieve una triste realidad.

Cada vez hay más personas mayores viviendo solas y en algunos casos, sin familiares ni amigos que estén pendientes de su estado. Así lo reflejan también los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre población residente por comunidades autónomas.

Concretamente, en la Comunitat Valenciana hay 218.900 personas mayores de 65 años viviendo solas. Un 69 por ciento de estos casos unifamiliares a partir de esa edad son mujeres, con 152.000, frente a los 67.000 hombres que optan por seguir viviendo solos tras enviudar.

Un estudio realizado por un investigador de la Universidad de Granada apunta algunos de los motivos por los que desde hace décadas nuestros mayores prefieren vivir solos a convivir con sus familiares.

«Las personas mayores tienen una preferencia a por la intimidad y la libertad, que anteponen a la compañía», destaca Juan López Doblas, autor de dicho estudio. A esto se suma el apego emocional que tienen de su vivienda, de ese domicilio en el que han vivido durante años y en el que prefieren terminar sus días.

Por otra parte, pese a que la mayoría de pensiones en España no permiten grandes lujos, desde que se implantó el sistema de la Seguridad Social los jubilados pudieron ser autosuficientes, no teniendo que depender económicamente de sus hijos.

Eso sí, para recibir dicha compensación por sus años trabajados todo pensionista debe firmar una fe de vida al principio de cada año para evitar posibles fraudes y que otra persona pueda seguir cobrando la pensión de un fallecido. En el caso de María Amparo, se desconoce si esta seguía cobrando la pensión estos últimos años, pero los cargos del alquiler de la vivienda eran abonados regularmente en su cuenta al estar domiciliados.

Otro de los motivos de este incremento de población mayor que vive sola es, según el estudio de la Universidad de Granada, que muchos de ellos piensan que irse a vivir junto a sus hijos supondría una carga para ellos y que podría derivar en problemas de convivencia. Por desgracia, la figura familiar del abuelo en casa tiende a perderse.