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Entrevista

García Margallo: "La caída de Rajoy no se explica sólo por la sentencia de la Gürtel, llevamos dos años y medio de parálisis política"

García Margallo: "La caída de Rajoy no se explica sólo por la sentencia de la Gürtel, llevamos dos años y medio de parálisis política"

P Como diputado constituyente, miembro actual del Congreso y exministro de Exteriores, ¿cómo vivió la moción de censura que ha acabado con Mariano Rajoy desalojado del Gobierno y con Pedro Sánchez en la Moncloa?

R Ha sido una experiencia histórica que no habíamos conocido en los 40 años de democracia, y tampoco había sido prevista por los que redactamos la Constitución: es la primera moción de censura que tiene éxito, y además no es de sustitución de una fuerza política consistente por otra de las mismas características, sino por un conjunto de partidos que no coinciden prácticamente en nada. Esta moción de censura contra Rajoy se explica por la corrupción, por Cataluña y la situación social, porque cuando la economía se empieza a recuperar, los grupos que han sido marginados por la crisis comienzan a hacer aflorar sus reivindicaciones, como las mujeres, los pensionistas, las fuerzas de seguridad, los funcionarios... Siempre he dicho que esta legislatura arrancaba mal, que gobernar con 137 escaños era un esfuerzo casi inútil, porque no iba a ser posible hacer las reformas de fondo que España necesitaba. Con la nueva configuración, abordar esos problemas va a ser aún más complicado.

P ¿A qué cuestiones se refiere, al margen del problema catalán?

R Ahora hay que abordar tres problemas: la deuda pública, que es muy preocupante; el desempleo, que sigue siendo muy importante, y es el problema de la desigualdad, porque los salarios han perdido poder adquisitivo y las pensiones lo perderán. Son problemas que necesitarían de un gobierno de coalición, como un gobierno de concentración nacional. Todo lo contrario al actual mapa, donde nos encontramos una enorme fragmentación en el Parlamento, pero también dentro de los propios bloques. Y estamos en un momento en el que esas diferencias hay que hacerlas aflorar con urgencia porque estamos ante un panorama electoral: Andalucía, probablemente en Cataluña cuando les convenga a los separatistas, europeas, autonómicas y municipales.

P ¿Imaginó en algún momento que el mandato de Rajoy acabaría con una moción de censura?

R La caída de Rajoy no se explica sólo por la sentencia de la Gürtel, sino que llevamos dos años y medio de una cierta parálisis política. Este gobierno ha hecho muy pocas cosas, muy poca política, y el tema de Cataluña se envenenó desde que fuimos incapaces de frenar el referéndum de 2014. Había una sensación de que la legislatura estaba muerta. La sentencia ha sido la mecha que ha encendido el polvorín, pero el polvorín ya existía.

P ¿Usted era partidario de llegar a que se votara la moción de censura, una vez se conocía la postura de todos los partidos, o abogaba por la dimisión para alargar el proceso de Rajoy en el gobierno?

R Había tres escenarios. Que la moción no prosperase, lo cual no hubiese garantizado la estabilidad del gobierno, porque a la sentencia de la Gürtel le van a suceder otras, como los papeles de Bárcenas o la de València, que hubieran seguido deteriorando la imagen del gobierno... La segunda: que la moción, triunfase. Una vez que fuimos conscientes de que iba a triunfar, mi tesis es que había que abortarla con la dimisión del presidente, que hubiera continuado en funciones hasta la investidura de un nuevo candidato, cosa que era discutible porque una cosa es votar la moción, que era un plebiscito contra Rajoy, y otra es votar a favor de un candidato. Si eso no se hubiera conseguido, hubiésemos ido a elecciones, y a mí me parecía una solución más útil para España.

P ¿Por dónde debe pasar la regeneración del Partido Popular?

R Hay que hablar de regeneración de todas las fuerzas políticas, y no es que yo quiera extender la mancha de aceite, pero tenemos los ERE de Andalucía pendientes, la financiación del PSPV, de la antigua Convergència... Como dice el refrán: «Si en mi casa cuecen habas, en la tuya calderadas». En la corrupción, hay dos escuelas de pensamiento: los que dicen que una vez desalojado el PP del Gobierno no va a ser un tema tan candente y los que creemos que el PSOE va a intentar levantar alfombras para que la atención se focalice ahí y que no se hable de su gestión.

P ¿Qué le preocupa más del regreso de la izquierda al Gobierno de España tras casi siete años de Rajoy al frente de la Moncloa?

R A mí la llegada de la izquierda al gobierno no me ha preocupado nunca, ni con Felipe González ni con Rodríguez Zapatero, aunque con él me equivoqué... Pero sí me preocupa esta izquierda, con visiones internas muy diferentes e hipotecas con los nacionalistas.

P ¿Convocará elecciones el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o agotará la legislatura?

R No creo que vaya a convocar elecciones. Pero sin que las convoque, el calendario electoral está ahí: Andalucía, Cataluña, Europa, autonómicas, que para el PP son complicadas porque el poder territorial es muy escaso y creo que algunas pueden cambiar de manos, y las municipales.

P ¿Qué le interesa al PP?

R El PP tiene que hacer un programa, una hoja de ruta muy clara, hay que rearmarse para proponer una alternativa de gobierno atractiva. Yo no perdería tiempo en mirar la fecha de las elecciones o en saber quién va a ser el candidato. Hay que hacer proyectos políticos.

P ¿Debe dimitir Rajoy como presidente del PP? ¿Debe pilotar la renovación? ¿Qué cree que deje hacer en este escenario?

R Rajoy, que ha sido un gran presidente, consiguiendo sacar de la quiebra al país, tiene que tener un papel esencial en el proceso de renovación del PP, no se puede abrir la caja de Pandora. Él tiene que tutelar el proceso de renovación. Y creo que lo va a jugar, porque es una persona responsable.

P ¿Pero a dedo? Al igual que José María Aznar le designó a él [a Mariano Rajoy] en 2003?

R No, no, no, no... Creo que las designaciones digitales se han terminado. Hay que ir a un congreso extraordinario e intentar llegar en las mejores condiciones posibles, no ir a matarnos. Como dice la frase, «no se puede abrir el circo sin saber qué van a hacer los payasos».

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