Durante mucho tiempo la industria ha seguido un esquema de economía lineal bajo el que se generaban productos que tras su uso se convertían en un residuo. Se trata de un modelo que no es sostenible medioambientalmente, por eso cada vez más se impone un cambio de sistema hacia una Economía Circular que permita mantener el crecimiento económico integrando aspectos ambientales.

La Economía Circular propone un ciclo continuo de desarrollo en el que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga durante el mayor tiempo posible para reducir la generación de residuos al mínimo. En esta línea, la Unión Europea publicó el pasado mes de enero la primera estrategia europea sobre los plásticos, basada en la totalidad del ciclo de vida de los productos y procesos.

La estrategia propone una nueva economía circular de los plásticos, en la que se promueve la inversión en soluciones innovadoras y los desafíos actuales se convierten en oportunidades.

AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, anima a las empresas del sector del plástico a afrontar los cambios que se van a derivar de este nuevo concepto como una oportunidad para mejorar su eficiencia, reducir su impacto ambiental y aumentar su rentabilidad económica.

"Es importante que las empresas tengan en cuenta este cambio de modelo y comiencen cuanto antes a tomar medidas en línea con la estrategia marcada", asegura Eva Verdejo, responsable de Sostenibilidad y Valorización Industrial.

Para ello, las empresas deberán tener en cuenta criterios de ecodiseño que permitan reducir el impacto ambiental de los productos hasta en un 80%, asegurando su reparabilidad, la posibilidad de actualización, reutilización y su reciclabilidad. De hecho, en 2030, el 100% de los productos deberán ser reciclables.

Haciendo uso de las herramientas que pone a su alcance la Industria 4.0, las empresas también deberán avanzar hacia procesos de producción más eficientes. Y aplicar el concepto de simbiosis para encontrar nuevos modos de usar recursos y, por tanto, aumentar ingresos reduciendo de forma paralela los flujos residuales y los costes

asociados.

La utilización de plástico reciclado para la fabricación de nuevos productos tiene un menor impacto ambiental que el empleo de material virgen, además es un concepto básico de la Economía Circular: el empleo de residuos como recursos. El uso de materiales plásticos de origen renovable, en aquellos productos en que sea posible, también permite reducir la huella de carbono de los productos.

Para identificar sus productos sostenibles, las empresas pueden conseguir una ecoetiqueta que le permitirá lograr su diferenciación empresarial y una ventaja competitiva.